- La cantidad de madera que introduzca.
- El tipo de madera y su grado de humedad.
- Las condiciones meteorológicas externas y de las ambientales en la sala.
- Las condiciones de la combustión.
En cualquier caso deberá mantener una buena combustión, ni rápida ni lenta. Atienda a estas
orientaciones:
- Mucha cantidad de madera y mucha llama: hará que tenga mucha pérdida de energía por la
chimenea. Disminuye el aprovechamiento de la madera.
- Mucha cantidad de madera y poca llama: mala combustión, genera poco calor y muchos
gases.
- Poca madera: no se genera suficiente calor en la cámara de combustión como para
trasmitirlo a la sala.
- Utilice en lo posible las cargas y tiempos recomendados si quiere obtener el mayor
rendimiento.
Apagado
Debe apagar la estufa quemando completamente todo el combustible. La manera mejor y más
rápida es abrir el cajón del cenicero para que entre todo el aire posible a la cámara de
combustión, garantizando así que no se producen gases indeseables en el final de la
combustión. Cuando ya no quede llama abra la puerta y remueva las brasas para favorecer la
combustión completa y vuelva a cerrar la puerta.
Dejar que se apague por si sola o cerrar las entradas de aire tiene la aparente ventaja de
disponer de algo madera no quemada para el siguiente encendido. Lo poco que puede ahorrar
no compensa el riesgo de que comience a crearse exceso de humo y de gases, que pueden
revocar en la sala con los consiguiente problemas de suciedad, olor y lo más importante riesgo
de intoxicación. Compruebe que ha cesado completamente la combustión antes de dar por
apagado el aparato.
Situaciones climatológicas extremas y cambios de estación
Cuado las condiciones atmosféricas externas cambian deberá prestar especial atención a la
combustión. Es muy posible que necesite regular la entrada de aire para adecuarla a la nueva
situación. También puede suceder que la combustión sea más lenta o más rápida de lo
habitual por lo que el tiempo de recargar puede verse afectado. La lluvia, la niebla y el hielo
pueden afectar considerablemente a la combustión.
Cuando pase la temporada fría limpie completamente el aparato, la salida de humos y la
chimenea como se describe más adelante. Si enciende el aparato ocasionalmente recuerde
que también puede ser necesaria una limpieza, ya no tan exhaustiva.
Ante de encender por primera vez después de la temporada cálida revise que no haya
obstáculos en las entradas de aire ni al habitáculo ni al aparato. Compruebe que la chimenea
está limpia y libre de obstáculos (es frecuente que los pájaros aniden en primavera en su
chimenea).
Mantenimiento
- Limpie exhaustivamente todo el interior del aparato antes del comienzo de la temporada de
frío o como mínimo una vez al año. Dependiendo del tiempo de utilización esta frecuencia
deberá aumentarse.