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Verifique si los propulsores están firmemente asegurados en sus ranuras antes de cada despegue.
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Los pequeños ajustes hechos lentamente y con cuidado son la mejor manera de lograr que vuele bien.
Tenga cuidado al soltar el acelerador: si el vehículo aéreo pierde velocidad, caerá al suelo y quizás no se
recupere a tiempo, aunque se apresure por volver a poner el acelerador.
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Una vez que esté en el aire, practique desplazar y mantener el vehículo aéreo en un lugar a través de
ajustes muy suaves en el acelerador. Verá que debido a su tamaño, incluso la brisa más leve puede afectar
la estabilidad.
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Cuando posicione el vehículo aéreo en un desplazamiento constante, suelte lentamente el acelerador hasta
que aterrice.
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Cuando el vehículo aéreo está cerca del suelo, el aire que empuja hacia abajo con su rotor no tiene dónde
ir, el suelo está en el camino. Parte de este aire rebota y esto empuja el vehículo aéreo hacia arriba. Esto se
denomina efecto suelo.
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Contrariamente al efecto suelo, cuando vuela demasiado cerca de un cielorraso, se crea una pequeña
bolsa de baja presión sobre el vehículo aéreo y será aspirado hacia arriba. Esto podría ser negativo: si se
golpea el cielorraso, el vehículo aéreo se estancará, caerá y posiblemente se dañará.
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Utilice las palancas izquierda y derecha del controlador a diferentes ángulos y posiciones para lograr giros
prolijos, en arcos. Las maniobras bruscas de la palanca en diferentes direcciones pueden crear trucos
únicos.
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Realice "piruetas" rotando 360° en el aire.
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Cuando la batería comience a agotarse, el vehículo aéreo responderá lentamente al controlador o no
será capaz de mantener la altitud con facilidad. Antes de que se corte por completo la alimentación a los
motores, mueva la palanca izquierda gradualmente hacia abajo para desacelerar los propulsores hasta que
pueda aterrizar el vehículo aéreo de forma segura.
CONSEJOS DE VUELO
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