Esta función es ideal para el invierno; permite bajar el calor que se almacena de manera
natural en el techo.
En Invierno, la diferencia de temperatura es de 1,2 a 4º por metro vertical, pudiendo llegar
a 10º en techos muy altos.
En verano, en conjunto con un aparato de aire acondicionado, el efecto es el mismo pero
permite al aire más frío ascender hasta donde el aparato se sitúa. Así, este detiene antes el
enfriamiento.
Por lo tanto, se trata de una herramienta de ahorro tanto de calefacción como refrigera-
ción.