Manual de instalación y de mantenimiento - LRR 47-59, LRR-NT 47-55, LRR-GF & LRR-GF-NT 47-52
Calidad de agua
Las normas siguientes se aplican desde la puesta en
funcionamiento de la caldera y siguen siendo válidas
hasta el ¿ nal de la vida útil del producto.
Preparación del circuito de agua antes de la puesta en funcionamiento de la caldera
Para toda instalación (nueva o renovación), debe
efectuarse una limpieza minuciosa de los conductos
de la red de agua. Esta limpieza previa a la puesta
en funcionamiento tiene por objeto la eliminación de
los gérmenes y residuos que provocan la formación de
depósitos.
En particular, en una instalación nueva, es necesario
retirar los residuos de grasas, metal oxidado o incluso
los microdepósitos de cobre.
En cuanto a las instalaciones en renovación, el
objetivo de la limpieza es eliminar los lodos y los
productos de corrosión formados durante el período
de funcionamiento anterior.
Existen dos tipos de limpieza/eliminación de lodo: el
Protección de la instalación contra las incrustaciones
El agua contiene naturalmente iones de calcio y
carbonatos disueltos que provocan la formación de
incrustaciones (carbonato de calcio). Por lo tanto,
para evitar todo depósito excesivo deben tomarse
precauciones respecto del agua de llenado: TH < 10°f
A lo largo de la vida útil de la caldera es necesario
agregarle agua. El agua añadida es la que provoca
aportes de incrustaciones en el circuito. La suma del
agua de llenado y del agua añadida durante la vida
útil de la instalación no debe superar el triple de la
capacidad de agua de la instalación de calefacción.
Además, es necesario controlar la dureza del agua
añadida. Agua añadida: TH < 5 °f
Un aporte importante de agua no tratada implica
sistemáticamente
un
incrustaciones. Para controlar este parámetro y
detectar cualquier anomalía, es obligatorio instalar
un contador de agua de alimentación del circuito.
En caso de incumplimiento de estas consignas (suma
del agua de llenado y del agua complementaria superior
al triple de la capacidad de agua de la instalación de
calefacción), es necesaria una limpieza completa
(eliminación de lodo y desincrustación).
Son necesarias precauciones complementarias en
cuanto al funcionamiento:
- Cuando la instalación cuenta con un ablandador,
se requiere un control frecuente del equipo para
veri¿ car que no envía a la red un agua con
abundancia de cloruros: la concentración de
cloruros siempre debe mantenerse por debajo de
50 mg/litro.
- Para evitar la concentración de los depósitos
Edición: 11 / 2014
aporte
importante
tipo «rápido» realizado en unas horas y el tipo más
progresivo que puede durar varias semanas. En el 1er
caso, es imprescindible efectuar esta limpieza antes
de la conexión de la nueva caldera; en el segundo
caso, la colocación de un ¿ ltro en el retorno de la
caldera permitirá captar los depósitos desprendidos.
La limpieza anterior a la puesta en funcionamiento
de la instalación contribuye a mejorar el rendimiento
de la misma, a reducir el consumo energético
y a combatir los fenómenos de incrustación y
corrosión. Esta operación requiere la intervención
de un profesional (tratamiento de agua).
calcáreos (especialmente sobre la super¿ cies
de intercambio), la puesta en funcionamiento de
la instalación debe ser progresiva, comenzando
por un funcionamiento a la potencia mínima y
asegurando un caudal de agua primaria elevado.
- Cuando el agua de la red no presenta la calidad
deseada (ej.: dureza elevada), se requiere un
tratamiento. Este tratamiento debe realizarse en
el agua de llenado, así como en todo nuevo llenado
o añadido de agua complementaria ulterior.
- Las instalaciones compuestas por varias calderas
requieren una puesta en marcha simultánea de
las calderas a potencia mínima. Dicha puesta
en marcha evita que los componentes calcáreos
contenidos en el agua se depositen sobre las
super¿ cies de intercambio de la primera caldera.
de
- Queda prohibido el vaciado completo durante
la realización de trabajos en la instalación; sólo
pueden vaciarse las secciones del circuito que lo
requieran.
El objetivo del conjunto de las normas enumeradas
en párrafos anteriores es minimizar los depósitos de
incrustaciones sobre las super¿ cies de intercambios y,
por consiguiente, prolongar la vida útil de las calderas.
Para optimizar el funcionamiento del equipo, puede
considerarse la eliminación de los depósitos calcáreos.
Esta operación debe con¿ arse a una empresa
especializada. Además, antes de toda nueva puesta en
funcionamiento es necesario comprobar que el circuito
de calefacción no presenta ningún daño (ej.: fuga). Si
se constata un depósito excesivo de incrustaciones, es
indispensable ajustar los parámetros de funcionamiento
de la instalación, especialmente los de tratamiento de
agua.
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