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• Los intercambiadores que se usan en la unidad emplean cobre como material de soldadura porque
presenta una buena resistencia a la corrosión con la mayoría de las calidades de agua; no obstante, en
determinadas circunstancias, el cobre podría diluirse en el agua en presencia de ciertas sustancias químicas.
Al igual que con el oxígeno, cuya concentración debería ser menor a 0.02 mg/l, podemos ver este efecto en
presencia de amoníaco y sulfuro. El amoníaco normalmente se utiliza para regular el pH; se deben considerar
otros productos químicos para este fin, tales como el hidróxido de sodio.
• Debido al grado de turbulencia, que normalmente es muy alto, se produce un efecto de autolimpieza
en los canales de los intercambiadores. Sin embargo, en algunas aplicaciones, la tendencia al atascamiento
puede ser muy alta, como por ejemplo, cuando se usa agua extremadamente dura a temperaturas altas.
En esos casos, siempre es posible limpiar el intercambiador haciendo circular un líquido de limpieza (CIP,
limpieza en el lugar).
Use un tanque con un ácido débil, como ácido fosfórico al 5%, o si el intercambiador se limpia con frecuencia,
ácido oxálico al 5%. Bombee el fluido de limpieza a través del intercambiador.
• Durante la limpieza, bombee la solución de limpieza a través del intercambiador desde la conexión
inferior para purgar el aire. Para una limpieza óptima, el caudal debe ser como mínimo 1.5 veces el caudal
normal, preferiblemente en el sentido de circulación inverso. Si es posible, cambie la dirección del flujo cada
30 minutos. Después del uso, no se olvide de enjuagar minuciosamente el intercambiador de calor con agua
limpia. Una solución de hidróxido de sodio (NaOH) o bicarbonato de sodio (NaHCO3) al 1-2% antes del último
enjuague asegurarán que todo el ácido se haya neutralizado. Limpie a intervalos regulares.
N/P 3082681_E
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