INSTALACIÓN AL EXTERIOR
Los cabezales de detección TIENEN que orientarse de manera que los haces se orienten hacia
abajo o paralelos al suelo, NUNCA hacia arriba. Esto para evitar que durante el día los rayos
directos deslumbren los sensores piroeléctricos de las unidades de detección,
comprometiendo el funcionamiento del sensor.
Los dos cabezales TIENEN que orientarse de manera que formen dos haces ligeramente
divergentes: la de arriba tiene que orientarse hacia una zona más lejana, la de abajo hacia
una zona más cercana.
De esta manera, el sensor genera alarma sólo en presencia de un intruso que intercepta
ambos haces. La alarma no se genera si sólo uno de los haces se solicita (por ejemplo:
animales).
La función de "AND direccional" permite discriminar ulteriormente la manera en la cual se
genera una alarma. Esta función obliga al sensor a generar una alarma solo cuando haya una
secuencia de detección que empiece por el cabezal superior (haces más lejanos) y que
termina, en el tiempo de AND, con el cabezal inferior (haces más cercanos).
Esta función permite entonces dar una direccionalidad a la detección, o sea el sensor puede
individuar un acercamiento al área protegida eliminando la detección de personas que, no
obstante, se muevan en el área de detección del cabezal superior, no se acerquen al área
protegida por el cabezal inferior.
Pequeñas variaciones en la posición de los cabezales corresponden a notables variaciones (a
distancia de 12 m) de las áreas de detección de los haces: una variación lateral de 1° del cabezal
corresponde a una variación de los haces de alrededor de 20 cm a 12 m.
Fig. 4 - Funcionamiento: el hombre genera alarma, el perro no
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