entonces podrás quedarte con un gato
y colocarlo delante de ti. Si, por el con-
trario, han salido más o menos caras,
entonces no recibirás ningún gato.
Un perro: Con un gran ladrido, el perro
ahuyenta a los gatos, que salen corrien-
do. Pero, ¿podrá salvarse el último?
Coge un gato de la provisión y déjalo
caer encima de la mesa.
Si la cara del gato mira hacia abajo,
entonces habrás logrado ocultarlo.
Puedes quedártelo y colocarlo delante
de ti. Por el contrario, si el gato se
encuentra boca arriba, el resto de gatos
vendrán a socorrerle y volverán a colo-
carse en la provisión.
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