Fig. 5
Fig. 7
Fig. 8
Fig. 10
Fig. 12
34
Fig. 6
Fig. 9
Fig. 11
Fig. 13
Extracción y limpieza del cajón de las cenizas
3.
Con la puerta de la cámara de combustión abierta, extraer la
rejilla y el cajón para cenizas levantándolo verticalmente (Fig.
5-6). Después de haber quitado y vaciado el cajón es oportuno
aspirar la ceniza residual en la base de apoyo del cajón
(asegurarse de que los restos de cenizas estén fríos) (Fig. 7).
El uso de una aspiradora de tipo "bidón" dotada de filtro de
mallas finas puede simplificar la limpieza pues evita eliminar
en el ambiente parte de las cenizas aspiradas con el aparato
apagado.
Terminada la limpieza, asegurarse de que el cajón y la rejilla
vuelven a colocarse correctamente.
Extracción del brasero para la limpieza
4.
Con la puerta de la cámara de combustión abierta, retirar la rejilla.
Quitar el protector de llama. Quitar el cajón de las cenizas. Retirar
el brasero levantándolo verticalmente (Fig. 8-9-10-11).
Es obligatorio efectuar una atenta limpieza del brasero para que
todos los orificios estén bien limpios.
Eliminar los restos depositados en el brasero vertiéndolos y,
con ayuda de un instrumento en punta, despegar las posibles
incrustaciones golpeando las paredes internas del brasero si
fuera necesario.
Antes de guardar el brasero es necesario asegurarse de que el
compartimento de alojamiento del brasero no tenga presencia
de ceniza o de suciedad. Aspirar atentamente esta parte
(asegurarse de que los restos de cenizas estén fríos) (Fig. 12).
Comprobar que la superficie de apoyo del brasero esté bien
limpia (si el cesto no se apoya bien y sale aire, la estufa no se
enciende y funciona mal).
Después de haber efectuado la limpieza del brasero asegurarse
de que se vuelva a colocar del modo correcto como se indica
(Fig. 13).
La resistencia de encendido debe estar bien centrada en el
alojamiento correspondiente del brasero y el alojamiento de
apoyo debe estar nivelado con el compartimento de alojamiento.