AVERÍA: olor de gas y/o productos sin quemar.
SOLUCIONES:
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controlar la estanqueidad de la instalación de alimentación del combustible (si es
gaseoso);
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controlar la hermeticidad del circuito humos (portalón, placa quemador, caja de
humos, unión caldera/chimenea);
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controlar que el portagoma que hay en la mirilla de la llama esté conectado con
la toma de aire del quemador o bien tapado.
AVERÍA: la caldera se calienta pero el sistema de calentamiento está frío
SOLUCIONES:
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controlar que en la instalación no haya aire;
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controlar el correcto funcionamiento de las bombas de circulación;
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controlar la regulación del termostato ambiente.
AVERÍA: actúa continuamente la válvula de seguridad de la caldera.
SOLUCIONES:
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controlar la presión de carga de la instalación;
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controlar la eficiencia del depósito de expansión;
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controlar la correcta regulación de la válvula de seguridad.
AVERÍA: presencia de agua en el suelo cerca de la caja de humos (condensación).
SOLUCIONES:
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controlar la correcta colocación de las sondas, el correcto funcionamiento y el
ajuste del termostato de regulación de la caldera (entre 60 y 90°C);
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verificar que el desagüe que hay en la caja de humos esté empalmado con un
recipiente de recogida;
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verificar que la bomba anticondensación y la regulación de la misma (si hay)
funcione correctamente;
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controlar que la temperatura del agua de retorno de la instalación no sea inferior
a 50 °C
AVERÍA: recalentamiento del armazón por falta de agua en la caldera.
SOLUCIONES:
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apagar el quemador, no introducir agua y no abrir el portalón y esperar el retorno
de la temperatura ambiente antes de efectuar ningún tipo de operación.
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