FUNCIONAMIENTO
FUNCIONAMIENTO CON EL ACCESORIO
DE SOPLADOR
Vea la Figura 3.
Al usar el accesorio de soplador, sujete la unidad con
la mano derecha en la asa trasera y coloque la mano
izquierda en la asa frontal. Sujete firmemente la unidad con
ambas manos durante la operación. Se recomienda sujetar
el soplador en una posición confortable con la asa trasera a
la altura de la cadera.
NOTA: Porte la unidad levemente sobre el nivel del piso.
No la arrastre ni la empuje sobre el piso ya que la caja
se gastará rápidamente.
CONSEJOS DE OPERACIÓN
l Para acostumbrarse al funcionamiento del soplador,
ponga en marcha el motor y deje que caliente. Al
funcionar en ralentí, verá que no sale aire porque
el embrague está desenganchado. Al aumentar
gradualmente la velocidad del motor hasta la máxima,
verá que también aumenta la fuerza del aire.
l El soplador produce un fuerte chorro de aire al
funcionar a toda velocidad y la fuerza del aire se
controla directamente con la velocidad del motor.
l En muchas situaciones no es necesario usar toda
la potencia del soplador, de hecho, para algunas
aplicaciones se recomienda no hacerlo. Al usar el
soplador en recintos pequeños, como las esquinas
de patios y garajes, usualmente no se requiere el
funcionamiento a toda potencia. Una velocidad
levemente menor hará el mismo trabajo eficazmente
sin la turbulencia creada por el funcionamiento a toda
potencia. Esta turbulencia únicamente transporta el
material soplado de regreso a la esquina y produce
polvo flotante.
Para evitar la dispersión de los desechos, apunte el
soplador hacia los bordes exteriores de un apilamiento
de desechos. Nunca apunte el soplador directamente
al centro de un apilamiento de desechos.
l Se dará cuenta que ya no es necesario mover los
objetos para limpiar con eficacia alrededor de ellos.
Un simple chorro de aire del soplador moverá los
desechos en aquellas áreas difíciles de alcanzar
y a menudo imposibles de limpiar.
l El chorro de aire a nivel rasante sobre el piso es
ideal para prácticamente todos los trabajos de barrido.
Fig. 3
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