MANTENIMIENTO
Las operaciones periódicas de mantenimiento son simples y necesarias para el
buen funcionamiento del equipo. En la mayoría de los casos dichas
operaciones puede realizarlas el propio usuario.
Comprobar semanalmente el nivel de la sal en el interior del depósito y
recargarlo cuando sea necesario. El nivel de la sal nunca debe ser
inferior al nivel de agua en el interior del mismo. Es aconsejable vaciar
un saco entero siempre que sea posible y no esperar a que el nivel de
sal descienda excesivamente.
El tipo de sal adecuada para el buen funcionamiento y rendimiento del
equipo descalcificador es sal refinada en pastillas, especial para su uso
en tratamientos del agua. El uso de otro tipo de sal puede causar
averías y un bajo rendimiento del equipo, obligando además a una
limpieza exhaustiva del depósito de sal para eliminar los lodos e
impurezas acumulados en el fondo del mismo.
Después de un corte en el suministro eléctrico, comprobar la
programación de la válvula. Ocasionalmente puede ser necesario
reajustarla siguiendo las indicaciones descritas en el apartado
Programación de este manual.
Si el descalcificador debe permanecer fuera de servicio durante un largo
periodo de tiempo, cerrar las válvulas de entrada y salida y abrir la de
by-pass. Desconectar la alimentación eléctrica. Al poner de nuevo el
aparato en funcionamiento proceder como si se tratara de la puesta en
marcha inicial.
Comprobar periódicamente el estado del filtro clarificador y limpiar o
sustituir el cartucho cuando sea necesario. Un filtro excesivamente sucio
puede causar una disminución del caudal y pérdida de carga excesiva,
provocando un funcionamiento incorrecto del descalcificador.
Si la instalación dispone de un sistema de dosificación de un producto
inhibidor de corrosión, verificar periódicamente el nivel de producto
dosificado, reponiéndolo cuando sea necesario.
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