Esta madera quema más lentamente y con menos
llama. Las maderas de coníferas contienen más
resina, queman más rápido y producen más
chispas.
Utilice maderas secas con un porcentaje máximo
de humedad del 20%. Para ello, las maderas deben
dejarse secar al menos 2 años.
Tale y corte las maderas cuando todavía están
verdes. La madera verde se corta más fácilmente,
mientras que la madera cortada seca mejor y más
rápido. Almacene la madera bajo techo, en un lugar
donde circule libremente el viento.
No utilice maderas húmedas. Las maderas
húmedas no producen calor debido a que la energía
se pierde al evaporarse la humedad. Esto produce
acumulaciones de hollín en la puerta del aparato y
en la chimenea. El vapor de agua se condensa en
el aparato y se filtra al exterior a través de las
juntas, pudiendo ocasionar manchas negras en el
suelo. Además, el vapor de agua podría
condensarse en la chimenea, formando creosota.
La creosota es una sustancia muy inflamable y
puede originar incendios en la chimenea.
Encendido
Compruebe que la chimenea tiene tiro suficiente
encendiendo una bola de papel de periódico sobre el
deflector de humos. Una chimenea fría tendrá un tiro
insuficiente, lo que ocasiona la entrada de humo en la
habitación. Encendiendo el aparato del modo que le
indicamos a continuación, evitará este problema.
1. Coloque dos leños de tamaño medio-grande
cruzados entre sí.
2. Coloque sobre los leños dos capas de leña más
fina de forma entrecruzada.
3. Coloque una pastilla de encendido bajo la capa
inferior de leña y enciéndala siguiendo las
instrucciones que vienen en el paquete de la
misma.
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4. Cierre la puerta del aparato y abra la entrada de
aire principal y la entrada de aire secundaria del
aparato; véase la siguiente imagen.
5. Deje que el fuego arda intensamente hasta que
quede una capa de brasas vivas. Introduzca la
siguiente carga de leña en el aparato; consulte el
apartado "Alimentar con leña".
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