automático y la alarma que le avisa si el electrodo se ha caído) hacen que el uso
del dispositivo Alpha-Stim
Alpha-Stim
y el ingeniero Raymond Chan. Daniel Kirsch ha sido líder pionero en el campo de
la electromedicina desde 1972. La American Academy of Pain Management le
acreditó con la certificación de tratamiento del dolor en 1990, y lo premió con el
galardón al Instructor en Dolor Richard S. Weiner del AAPM en 2008. En 1997,
pasó a ser miembro del American Institute of Stress. También es miembro de la
Inter-Pain, la organización de médicos para el dolor en Alemania y Suiza. Es
editor del departamento electromédico de la revista Practical Pain Management;
y editor consultor de Journal of Neurotherapy. El Dr. Kirsch ejerció como Director
Clínico del Center for Pain and Stress-Related Disorders del Columbia-
Presbyterian Medical Center de New York, y del Sports Medicine Group de Santa
Monica (California). Ha escrito libros, artículos y conferencias con frecuencia
acerca del tratamiento del dolor y el estrés para médicos y psicólogos de todo
el mundo. Es investigador experto y consultor de prácticas para los centros
médicos para veteranos, así como para el ejército de los Estados Unidos.
La aplicación de corrientes electromédicas no es un concepto nuevo. Ya en la
antigüedad se reconocía el valor terapéutico de los fenómenos eléctricos de la
naturaleza mucho antes de que William Gilbert definiera la electricidad en 1600.
Tanto Aristóteles como Platón hicieron referencia al "Torpedo negro" (raya
eléctrica) prescrita en el año 46 a.C. por el médico Scribonius Largus para aliviar
distintas enfermedades, desde el dolor de cabeza a la gota (cabeza a pies).
Alrededor del 1800, los dentistas describieron una disminución en el dolor a
través del uso de dispositivos electromédicos, por aquél entonces algo
rudimentarios.
A finales del 1800, el uso de dispositivos eléctricos se extendió para tratar
el dolor y se les atribuyó la curación de distintos trastornos médicos. Las
exuberantes reclamaciones de las tecnologías eléctricas iniciales, junto con la
influencia política de los grupos farmacéuticos dieron lugar a que esta forma de
terapia cayera en descrédito en la comunidad médica a principios del siglo XX.
El resultado fue que los colegios médicos dejaron de impartir electroterapia. La
biofísica prácticamente quedó eliminada de la práctica médica, dejando a la
química como ciencia principal y, con ello, la carga de responsabilidad para curar
todas las enfermedades. Ahora, en el siglo XXI, es evidente que la química, como
único modelo terapéutico de medicina, no ofrece todas las soluciones, por lo que
AID sea fiable, sencillo, rápido y divertido.
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AID ha sido desarrollado por el neurobiólogo Daniel L. Kirsch
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