16.2. PRIMERA PUESTA EN MARCHA
Todas las calderas, y en particular las de elevada potencia, necesitan de una primera puesta en marcha muy
gradual para permitir un secado y calentamiento uniforme de las partes refractarias.
Para ello es aconsejable meter una pequeña cantidad de leña en el primer encendido y dejar subir
gradualmente la temperatura. En cambio si se utiliza la caldera inmediatamente a plena potencia, pueden
verificarse desprendimientos superficiales de cemento refractario o fisuras profundas. Con esta situación, la
humedad no consigue salir gradualmente de la porosidad del cemento y pueden producirse pequeñas
explosiones.
16.3. CEMENTOS REFRACTARIOS INTERNOS EN LA CALDERA
Es bastante frecuente y normal que los refractarios tengan hendiduras y pequeñas imperfecciones.
Por dicha razón, el espesor del refractario viene sobredimensionado con algún centímetro de mas; de este
modo aunque sucedan fenómenos como los anteriormente citados (párrafo 16.2), el aislamiento de la
caldera está garantizado .
16.4 AUTONOMÍA DE LA CALDERA Y FRECUENCIA DE CARGA
En condiciones normales de uso la caldera viene cargada dos veces al día. Por condiciones normales de
uso se entiende un funcionamiento dentro de la zona de potencia aconsejada a un valor intermedio.
Esto se cumple si la habitación a calentar está bien aislada y si la temperatura exterior es de unos 5° C, etc.
En condiciones extremas, las cargas de combustible serán mas frecuentes (hasta 3 ó 4) mientras que en
primavera bastará una sola carga al día.
16.5. EXPLOSIONES
En condiciones de tiro insuficiente del conducto humos y con el uso de leña muy seca, con carga de
combustible excesivo, pueden producirse fenómenos de almacenamiento de gas en el depósito leña. Al
arranque del ventilador, la combinación aire/gas podría causar explosiones particularmente ruidosas. La
caldera no sufrirá ningún daño ya que está fabricada con específicas puertas antiexplosión situadas en la
parte posterior.
17.
SELECCIÓN DEL MODELO
17.1. POTENCIA DE LA CALDERA
Para cada tipo de caldera está prevista una potencia mínima, una potencia útil (en correspondencia a leña
con poder calorífico 3500 kcal/kg con humedad del 15%) y una potencia máxima, esta última indicada con el
fin de poder dimensionar los órganos de seguridad: válvulas, diámetro del tubo de seguridad, etc.
La selección deberá estar avalada por el termo-técnico de la instalación teniendo en cuenta el poder
calorífico y el nivel de humedad de la leña a utilizar.
Nota:
El poder calorífico de la leña puede oscilar entre un mínimo de 1600 kcal/kg y un máximo de 3500 kcal/kg
(ver catálogos). La leña procedente de árboles muertos o de árboles crecidos en la sombra resulta
particularmente difícil de quemar ya que, en el primer caso el nivel de carbono se ha reducido a causa de
prolongada falta de la alimentación de la planta y de combustión no natural del residuo. Por combustión
natural (sin llama) se entiende la pérdida de carbono que la leña soporta por envejecimiento a causa de la
inestabilidad del carbono en el lento proceso de desecación. En el segundo caso, ha habido carencia de
fotosíntesis, y la leña resulta muy pobre de carbono y rica de celulosa.
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