La descarga de productos derivados de la combustión puede producirse de 3 formas distintas:
1. Mediante conducto de humos externo, el cual debe tener unas dimensiones internas mínimas de Ø100 mm, y
utilizando solo tubos aislados (doble pared) en acero inoxidable sujeto a la pared (fig.11);
2. Mediante chimenea, la cual debe tener unas dimensiones internas no superiores a 200x200 mm; en caso
contrario o en caso de malas condiciones de la misma (por ejemplo grietas, mal aislamiento...) se aconseja meter
dentro de la chimenea un tubo de acero inoxidable del diámetro adecuado que vaya a lo largo de toda la
chimenea hasta el final (fig.12);
3. Mediante conexión a chimenea o conducto de humos el cual, para un buen funcionamiento, tiene que tener al
nivel de la termochimenea un tramo vertical de al menos 1500 mm de altura y tramos horizontales mínimos, que
no tengan una longitud superior a 4000 mm con una pendiente hacia arriba no inferior al 3% (fig.13). Además
están admitidas como máximo 3 curvas de 90º.
Estas conexiones, previstas en la norma UNI 10683, garantizan la evacuación de los humos de combustión incluso en caso
de que falle momentáneamente la corriente eléctrica (fig.13).
Comprobar que se garantice un tiro de almenos 10 Pa.
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La instalación de descarga de humos debe terminar en el techo con chimenea antiviento.
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En el caso de instalaciones verticales superiores a 7 metros será necesario utilizar tubos de 120 mm de diámetro.
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Tanto en el caso de conducto de humos externo, como en el caso de chimenea, es necesario prever en la base
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una apertura para los controles periódicos y la limpieza que debe realizarse anualmente.
En caso de que el tubo de salida de humos pase a través de un material inflamable, revestrilo con un aislante
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(Clase A1) de espesor idóneo.
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