Cuidados
Se recomienda el uso de protector solar después de cada sesión.
Tomar de 1,5 a 2 litros de agua al día para mantener la piel hidratada.
Mantener hábitos de cuidado diario de la piel, limpieza y uso de
cremas adecuadas al tipo de piel.
La piel del rostro al ser más fina, tiende a ser muy delicada y con
mayor riesgo de quemaduras, por lo que en ningún momento debe
dejarse fijo el manípulo y se debe mover de forma rápida y constante.
En caso de quemaduras, se debe aplicar inmediatamente algún
producto especial para quemadas y se debe parar el tratamiento.
En algunos casos el tratamiento puede causar enrojecimiento de la
piel, ardor, irritación e hinchazón, que mejorará con el tiempo.
Trabajar a temperaturas excesivamente altas, puede producir un
efecto contrario al que buscamos.