antenas incorporadas, comúnmente llamados teléfonos "celulares" o "móviles". Estos tipos
de teléfonos inalámbricos pueden exponer al usuario a energía de Radiofrecuencia
medible a causa de la corta distancia entre el teléfono y la cabeza del usuario. Estas
exposiciones a RF están limitadas por las recomendaciones de seguridad de FCC que
fueron desarrolladas con asesoría de la FDA y otras agencias federales de salud y
seguridad. Cuando el teléfono está ubicado a distancias mayores del usuario, la exposición
a RF se reduce drásticamente gracias a que la exposición de una persona a RF baja
rápidamente con el incremento de la distancia de la fuente.
Los así llamados "teléfonos sin cables", que tienen una unidad base conectada al cableado
telefónico de una casa, operan típicamente con niveles de energía mucho más bajos,
produciendo en consecuencia exposición a RF muy por debajo de los límites de seguridad
de FCC.
5. ¿Qué hace actualmente la FDA para conocer más acerca de los posibles efectos
de salud de la RF de teléfono inalámbrico?
La FDA trabaja junto con el Programa Nacional de Toxicología de EE.UU. y con grupos de
investigadores en todo el mundo para asegurar que se conduzcan estudios de alta
prioridad en animales para atender las preocupaciones acerca de los efectos de exposición
a energía de Radiofrecuencia (RF).
La FDA ha sido participante principal en el Proyecto Internacional de Campos
Electromagnéticos (EMF) de la Organización Mundial de la Salud desde su creación en
1996. Un resultado influyente de este trabajo ha sido el desarrollo de una agenda detallada
de necesidades de investigación que ha implementado nuevos programas de investigación
en todo el mundo. El proyecto también ha resultado en una serie de documentos de
información pública sobre asuntos de EMF. La FDA y la Asociación de Comunicaciones
Celulares e Internet (CTIA) tienen un Acuerdo de Investigación y Desarrollo Cooperativo
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