Asegúrese que la base sobre la que apoya el aparato se encuentra revestida de
materiales no inflamables que eviten cualquier posible incidente.
Evite instalar el equipo en locales que dispongan de entrada de aire colectiva,
campanas de extracción o cualquier sistema de ventilación que pueda someter el
ambiente a una depresión respecto de la cámara de combustión.
La superficie sobre la que se ubique su equipo ha de ser lo suficientemente resistente
como para soportar el peso del equipo y de la instalación.
Las superficies de apoyo susceptibles a los cambios de temperatura deberán ser
recubiertas con una plancha que los aísles.
El aislamiento que rodea a su equipo debe estar protegido por lana de roca, evitando
en cualquier caso el contacto directo con el aislamiento, para lograr esto, deberá existir
una cámara de aire entre el revestimiento y la superficie del equipo. Aplicando esta
separación, conseguiremos además que no se produzcan fisuras al dilatarse el equipo.
El conducto de humos debe encontrarse libre de obstáculos. En caso de acumularse
hollín o alquitrán proceda a limpiarlo con un cepillo de cerdas metálicas.
El conducto de expulsión de humos debe encontrarse aislado térmicamente ya que un
conducto con paredes frías dificulta el tiro y provoca condensaciones. Para evitar estos
efectos se recomienda que el conducto se encuentre dentro de la vivienda.
El conducto debe ser estanco al agua.
La sección del conducto de expulsión tiene que ser constante en todo su recorrido.
Para asegurar el funcionamiento del mismo, el conducto debe tener una sección igual
o similar a la de la salida de humos de su equipo.
La longitud recomendada es de 4 a 5 metros de altura y debe sobrepasar en 100cm la
altura máxima del tejado de la vivienda o de cualquier edificación circundante en un
radio de 8m.
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