1. COLOCACIÓN
• Si su vivienda solo dispone de una planta, para una protección mínima, se recomienda instalar un detector en
cada habitación, en la sala de estar y cerca de la caldera.
• Si su vivienda dispone de varias plantas, para una protección mínima, se recomienda instalar un detector en cada
habitación o en el pasillo que lleve a las habitaciones. No instale el detector en la cocina. La posición recomenda-
da es aproximadamente a 1,80 m del suelo, no hay que colocarlo demasiado alto.
El monóxido de carbono es un gas incoloro e inodoro, su densidad es parecida a la del aire. Se recomienda instalar el
detector:
• Fuera del alcance de los niños
• A una distancia horizontal entre 1 y 3 metros de un aparato que pueda generar monóxido de carbono, sin ocultar sus
aberturas para que el aire circule por la caja.
• Una colocación a la altura de los ojos permitirá un control óptimo de los indicadores luminosos rojo y verde y de la
pantalla digital.
Idealmente, se debería instalar un detector en cada habitación que disponga de una fuente potencial de monóxido de
carbono:
• Chimenea en el salón o en el comedor, caldera o calentador de agua (lavandería...)
• En una habitación donde los ocupantes pasen la mayor parte del tiempo.
• En un estudio, instale un detector lo más lejos posible de la estufa, pero al lado de donde duerme.
Para evitar activaciones intempestivas. Los sectores que se deben evitar son:
• Las habitaciones donde la temperatura puede bajar por debajo de -10 °C o subir por encima de +45 °C,
• Las habitaciones cerradas o detrás de una cortina, por ejemplo, cerca de una puerta o de una ventana,
• Las habitaciones húmedas (cuarto de baño, garaje),
• Directamente encima de un fregadero o cerca de un aparato de cocción,
• Los entornos polvorientos, grasientos o sucios podrían obstruir el sensor.
Esta alarma puede avisarle rápidamente de la presencia de monóxido de carbono, pero no impide las emisiones tóxicas
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de monóxido de carbono.