Información sobre el aparato
Descripción del aparato
El ozono es un agente oxidante muy fuerte y tiene la capacidad
de eliminar bacterias, virus, gases y toxinas. En este proceso, el
ozono provoca la descomposición oxidativa de las moléculas
existentes. El ozono es generado por el aparato mediante un
proceso de descarga eléctrica y se libera en el aire de la
habitación en altas concentraciones. El aparato puede utilizarse
para eliminar eficazmente, entre otros, los patógenos, los olores
de la cocina o del moho y los olores de los incendios. El proceso
utilizado es similar a la purificación del aire en la naturaleza a
causa de tormentas.
Principio de funcionamiento
El ozono se genera por medio de descargas de alto voltaje. En la
unidad de descarga se generan intensidades de campo eléctrico
muy altas por alta tensión, lo que provoca numerosas descargas
de barrera cortas entre los electrodos.
El ventilador integrado en el aparato toma el aire ambiental
desde el filtro de aire de la parte posterior del aparato, lo
conduce a través de los electrodos de la unidad de ozono y
sopla de nuevo el aire, que ahora contiene ozono, al espacio
circundante.
El ozono se genera sin recurrir a sustancias químicas y por lo
tanto no contamina el medio ambiente. Después de apagar el
aparato o después de concluido el proceso de purificación, el
ozono todavía presente en el aire de la habitación se
descompone en oxígeno bivalente normal (O
Formación, percepción y presencia de ozono
El ozono se ha convertido con el tiempo en una palabra más de
nuestro vocabulario cotidiano, y el gas incoloro y tóxico que ésta
designa forma ya parte de nuestro día a día. Los efectos
irritantes que el ozono ejerce en los ojos y las vías respiratorias
del ser humano son ampliamente conocidos desde hace
algunos años, sobre todo porque se está registrando un
incremento de la presencia de ozono debido al llamado smog de
verano. El ozono surge también como consecuencia de
determinados procesos industriales.
El ozono (fórmula química: O
de oxígeno. Se genera en cualquier sitio donde, por acción de la
energía eléctrica o la radiación ultravioleta, de las moléculas de
oxígeno (O
) del aire se separan átomos (O). A su vez, éstos
2
pueden entrar en reacción con las moléculas de oxígeno y crear
ozono (O
).
3
En condiciones de alta radiación solar, el ozono se forma con la
implicación de otras impurezas presentes en el aire. En este
sentido, el óxido nítrico (NOx) emitido por nuestros vehículos y
calefacciones, por las centrales energéticas y por la industria
desempeñan un papel muy importante.
ES
).
2
) está compuesto por tres átomos
3
En función de su concentración, el ozono puede desprender un
olor muy intenso similar al del cloro, el heno o el clavel. Se trata
de un olor característico que en ocasiones se describe como
«olor de sol alto». El olfato del ser humano es por naturaleza un
sensor de este gas superior a la mayoría de medidores: es
capaz de percibirlo a partir de una concentración de 0,01 ml/m
En comparación con nuestra percepción de otros gases
irritantes, detectamos el ozono incluso en cantidades ínfimas y
por lo tanto tenemos la posibilidad de tomar las precauciones
oportunas a tiempo para evitar posibles riesgos derivados de la
presencia de este gas. Pero el llamado efecto de adaptación del
olfato humano comporta una desventaja determinante frente a
los medidores. Y es que pasado un breve lapso de tiempo,
nuestro sentido deja de percibir la carga de ozono presente en
el ambiente.
Efecto del ozono sobre las personas
La sensibilidad al ozono varía en función de su concentración y
también de unas personas a otras. El ozono es un gas irritante y
oxidante que incluso en concentraciones bajas resulta dañino
para los ojos, la nariz, la garganta y los pulmones. Las
membranas mucosas no logran filtrarlo porque no se disuelve
fácilmente en agua. Por ello, se trata de un gas que puede
penetrar más profundamente en los pulmones que otros gases
irritantes. En el ser humano, concentraciones superiores a
3
200 µg/m
pueden dar lugar a los siguientes síntomas:
• Efecto irritante en las mucosas, los ojos y las vías
respiratorias
• Afonía, tos y dolores de cabeza
• Opresión por detrás del esternón
• Reducción del rendimiento físico
El más importante de todos es el daño que se produce en las
vías respiratorias, ya que ocasiona dolores y reduce el volumen
respiratorio. Esto puede dar lugar a complicaciones posteriores
como sangrados por la nariz, bronquitis (inflamación de las
mucosas de la tráquea) o edemas pulmonares. Así, la línea que
separa el efecto irritante sin consecuencias duraderas del
desarrollo de enfermedades es muy fina.
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