Efectos secundarios:
Los efectos secundarios fisiológicos de
los audífonos como tinnitus, mareos,
acumulación de cerumen, exceso de presión,
sudoración o humedad, ampollas, picazón y/o
erupciones, taponamiento u oído tapado, y sus
consecuencias como dolor de cabeza y/o dolor
de oído, pueden resolverlos o reducirlos su
profesional de la salud auditiva.
Los audífonos convencionales tienen el potencial
de someter a los pacientes a niveles más altos
de exposición al sonido, lo que pudiera dar lugar
a cambios en el umbral del rango de frecuencias
afectado por trauma acústico.
Cargador: Tenga en cuenta que los efectos
secundarios no se derivan del cargador sino de
los audífonos compatibles.
El audífono es apto para su uso en entornos
de atención sanitaria a domicilio y, gracias a
su portabilidad, también es posible su uso en
centros de atención sanitaria profesionales,
como consultorios de médicos, dentistas, etc.
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Información importante
Los audífonos no restauran la audición
normal ni previenen o mejoran una pérdida
auditiva a causa de condiciones orgánicas.
Los audífonos (especialmente programados
para cada tipo de pérdida auditiva) solo
deben ser usados por la persona para la que
están diseñados. No debe usarlos nadie más,
ya que podrían lesionar la audición.
El uso poco frecuente de un audífono no
permite que el usuario obtenga un beneficio
completo de él. El uso de un audífono es
solo una parte de la habilitación auditiva y
es posible que deba complementarse con
capacitación auditiva y formación en la
lectura de labios.
La retroalimentación, la mala calidad del
sonido, los sonidos demasiado fuertes
o demasiado suaves, la adaptación
inadecuada o los problemas al masticar
o tragar pueden resolverse o mejorarse
durante el proceso de ajuste en el
procedimiento de adaptación por parte de su
profesional de la salud auditiva.
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