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Liip Smart Monitor Manual De Uso página 59

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Existen tres tipos de temperatura en el organismo:
Temperatura central (TC). Solo puede medirse en el interior del organismo (dentro del
esófago, vejiga...) siendo una temperatura muy difícil de registrar.
Temperatura periférica proximal (TPP). Se mide en la axila o en la boca. Es la que
registran los termómetros convencionales.
Temperatura periférica distal (TDP). Se mide en los miembros exteriores. Es la que
detecta Liip y la transmite en forma de grados Celsius (ºC). En condiciones normales
siempre es más baja que la temperatura periférica proximal. Suele estar entre 34 ºC y 37
ºC
¿Por qué ocurre esto?
El ser humano es un organismo homeostático, es decir, tenemos la capacidad de mantener una
condición interna estable de temperatura gracias al intercambio de materia y energía con nuestro
entorno. La capacidad de regular la temperatura tiene su origen en el metabolismo, que es el que
permite que se genere energía. Esta energía en forma de calor (temperatura) el organismo la
autorregula a través de la piel, para lo cual cierra o abre capilares, para retener calor o expulsarlo
según necesite, en distintas zonas del cuerpo, lo que hace que dichas zonas se enfríen o tengan la
misma temperatura que el resto del cuerpo. Dependiendo de la zona del cuerpo en que se mida la
temperatura, ésta es distinta. Por lo tanto la diferencia de temperatura entre diferentes lugares del
cuerpo es completamente normal.
¿Qué sucede cuando aparece fiebre?
Que se incrementa el calor/temperatura del organismo, y el cuerpo necesita eliminar este exceso
de calor como mecanismo compensatorio. Y el calor se elimina a través de la piel y la
respiración. La zona del cuerpo encargada de eliminar el exceso de calor son los miembros
exteriores, como las muñecas y los tobillos (temperatura periférica distal). Por eso la temperatura
periférica distal, la que detecta Liip, es tan fiable en el registro de la fiebre, además de ser
siempre la primera temperatura que cambia durante un proceso febril. Cuando surge fiebre, el
organismo va a eliminar el calor. Hasta ahí todo funciona adecuadamente. Es cuando el
organismo no consigue eliminar el calor, cuando comienzan a surgir los problemas. Es en este
caso, cuando la fiebre se mantiene, cuando supone un problema y puede tener repercusiones
negativas sobre el organismo. Cuando esto sucede, la temperatura periférica distal sube por
encima de los 37,5ºC. Es decir, si el bebé tiene fiebre o su confort térmico no es el adecuado, y
consigue eliminar el exceso de calor, lo cual es un buen síntoma, la temperatura periférica distal
bajará antes de que la que se registra en la axila se incremente (temperatura periférica proximal).
Pasada esta primera fase, en la que las manos y los pies se notan fríos y el tronco y cabeza
calientes, se inicia la vasodilatación, con aumento de temperatura hasta igualar la del resto del
cuerpo. Es sólo en los casos en los que el bebé tiene problemas para eliminar el exceso de calor
que se genera por una febrícula o una fiebre, o bien cuando se sobreabriga a los bebés, cuando la
temperatura periférica distal subirá por encima de los 37,5ºC generando una alerta y reduciendo
las falsas alarmas entre los padres. Además, los datos quedarán almacenados para que un
profesional sanitario pueda estudiarlos cuando lo desee.

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