2.1
Las alergias –
¿por qué son
cada vez más
frecuentes?
2.2
La fiebre de heno –
¿una enfermedad
sin importancia?
2.3
La fiebre de heno –
cómo se produce
2.4
¿Qué se puede
hacer contra esta
reacción alérgica
excesiva?
El número de enfermedades causadas por alergias, tales como la fiebre del
heno, la alergia al polvo o la alergia a la piel de animales, casi se ha duplicado
durante los últimos años. Todavía no se sabe muy bien desde el punto de vista
médico por qué son cada vez más las personas que sufren síntomas alérgicos.
Un exceso de medidas higiénicas en la infancia podría perturbar el desarrollo
del sistema inmunológico y favorecer las alergias. Sin embargo, existe la
certeza de que, aparte de la herencia, la mayor contaminación del ambiente
desempeña un papel importante en el desarrollo de las alergias.
La llamada fiebre de heno no es una fiebre normal ni tampoco está relacio-
nada necesariamente con el heno. No la causan virus, sino el polen. En cual-
quier caso, se debería tomársela en serio. La alergia puede extenderse hacia
las vías respiratorias inferiores y provocar molestias crónicas, e incluso asma.
Su médico le podrá brindar un diagnóstico y una orientación correcta individu-
alizada.
Nuestro sistema inmunológico tiene la tarea de defendernos contra las
sustancias extrañas que penetran en nuestro cuerpo y eliminarlas. Una alergia
es una reacción excesiva del sistema inmunológico frente a sustancias extrañas.
Incluso cantidades mínimas de alérgenos, por ej. polen de plantas, son sufi-
cientes para provocar los típicos síntomas de la fiebre de heno.
- un molesto estímulo estornutatorio, en combinación con fuertes ataques de
estornudos,
- membranas mucosas nasales hinchadas y pruriginosas,
- escozor en los ojos hinchados y lacrimación constante.
La causa de todo esto es nuestro mecanismo de defensa, que reacciona en
exceso. En cuanto que el polen de las plantas entra en contacto con las
membranas mucosas de la nariz y los ojos, el cuerpo moviliza todo su sistema
defensivo y se forma un exceso de anticuerpos. Éstos se adhieren a los llama-
dos mastocitos. Los mastocitos, a su vez, liberan sustancias mensajeras (princi-
palmente histamina) que causan los típicos síntomas de la fiebre de heno.
Poder evitar el contacto con todas las sustancias que le causen alergias sería,
por supuesto, el método más sencillo para impedir el desarrollo de una alergia.
Sin embargo, esto es prácticamente imposible, puesto que los alergenos no
sólo pueden encontrarse al aire libre, sino también dentro de la casa (debido al
polvo) o en los alimentos.
Además del tratamiento con medicamentos (antihistamínicos y cortisona),
vacunaciones y acupuntura, también se utiliza la fototerapia con mucho éxito.
Consiste en producir mediante unos diodos fotoemisores especiales unos rayos
de luz roja de cierta longitud de onda (aprox. 660 nm), para reducir o eliminar
los síntomas alérgicos y la hipersensibilidad.
2 Informaciones interesantes
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