Mantenga las manos alejadas del área de corte. No
las ponga debajo del material que se esté cortando.
La proximidad de la hoja a la mano queda oculta a la
vista.
Mantenga las manos alejadas del área entre la caja
de engranajes y el portahoja de sierra. El portahoja
de sierra alternativa puede pellizcarle los dedos.
No utilice hojas desafiladas o dañadas. Una hoja
doblada se puede romper fácilmente o causar
retroceso.
Antes de comenzar a cortar, ENCIENDA la
herramienta y deje que la hoja alcance su velocidad
completa. La herramienta puede chirriar o vibrar si la
velocidad de la hoja es demasiado lenta al comienzo
del corte y posiblemente experimentar retroceso.
Use siempre anteojos de seguridad o protección
ocular cuando utilice esta herramienta. Use una
máscara antipolvo o un respirador para realizar
aplicaciones que generen polvo.
Sujete firmemente el material antes de cortarlo. No
lo sostenga nunca en la mano ni sobre las piernas.
El material pequeño o delgado puede combarse o
vibrar con la hoja, causando pérdida de control.
Asegúrese de que todos los tornillos de ajuste y el
portahoja estén apretados antes de realizar un
corte. Los tornillos de ajuste y los portahojas flojos
pueden hacer que la herramienta o la hoja resbale y el
resultado de ello podría ser una pérdida de control.
Cuando quite la hoja de la herramienta, evite el
contacto con la piel y use guantes protectores
adecuados cuando agarre la hoja o el accesorio.
Los accesorios pueden estar calientes después de un
uso prolongado.
Si la herramienta está equipada con una bolsa para
polvo, vacíe dicha bolsa frecuentemente y después
de completar la operación de aserrado. Con el
tiempo se puede producir una combustión
espontánea como resultado de la mezcla de aceite o
agua con partículas de polvo. Tenga sumo cuidado al
desechar el polvo, ya que los materiales que estén en
forma de partículas finas pueden ser explosivos. No
tire el contenido de la bolsa a un fuego al descubierto.
ADVERTENCIA
!
taladrado eléctrico y otras actividades de
construcción contienen sustancias químicas que se
sabe que causan cáncer, defectos de nacimiento u
otros daños sobre la reproducción. Algunos
ejemplos de estas sustancias químicas son:
• Plomo procedente de pinturas a base de plomo,
• Sílice cristalina procedente de ladrillos y cemento y
otros productos de mampostería, y
• Arsénico y cromo procedentes de madera de
construcción tratada químicamente.
El riesgo para usted por estas exposiciones varía,
dependiendo de qué tan a menudo haga usted este
tipo de trabajo. Para reducir su exposición a estas
sustancias químicas: trabaje en un área bien ventilada
y trabaje con equipo de seguridad aprobado, tal como
las máscaras antipolvo que están diseñadas
especialmente
microscópicas.
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Ciertos polvos generados por
el aserrado, lijado, amolado o
para
filtrar
las
partículas