Los gases que se forman durante la combustión, al calentarse, sufren un incremento de volumen y, por lo tanto, asumen una densidad menor con respecto al aire
circundante más frío.
Esta diferencia de temperatura entre el interior y el exterior de la chimenea determina una depresión, llamada depresión térmica, que es mayor cuanto más alto
es el conducto de humos y cuanto más alta es la temperatura.
El tiro del conducto de humos debe estar en condiciones de vencer todas las resistencias del circuito de humos de manera tal que los humos producidos en la
estufa, durante la combustión, sean aspirados y dispersos en la atmósfera mediante el conducto de evacuación y el conducto de humos. Varios son los factores
meteorológicos que influyen en el funcionamiento del conducto de humos, tales como lluvia, niebla, nieve, altitud, pero el más importante es, sin lugar a dudas, el
viento, que tiene la capacidad de provocar, no sólo depresión térmica, sino también depresión dinámica.
La acción del viento varía según se trate de viento ascendente, horizontal o descendente.
Un viento ascendente siempre tiene como efecto aumentar la depresión y, por lo tanto, el tiro.
•
Un viento horizontal aumenta la depresión en caso de instalación correcta del remate de la chimenea.
•
Un viento descendente siempre tiene como efecto disminuir la depresión y a veces la invierte.
•
El exceso de tiro provoca un sobrecalentamiento de la combustión y, por lo tanto, la pérdida de eficacia de la estufa.
Parte de los gases de combustión, junto con pequeñas partículas de combustible, son aspirados en el conducto de humos antes
de ser quemados. Ello disminuye la eficacia de la estufa, aumenta el consumo de pellets y provoca la emisión de humos
contaminantes.
Simultáneamente, la alta temperatura del combustible, debida al exceso de oxígeno, desgasta la cámara de combustión antes
de tiempo.
Por el contrario, el tiro insuficiente disminuye la combustión, enfría la estufa, produce retornos de humo en el ambiente que disminuyen la eficacia de la estufa, y
provoca incrustaciones peligrosas en el conducto de humos.
Para evitar un tiro excesivo, es aconsejable utilizar un regulador de tiro (véase la figura de al lado).
Paradójicamente, las estufas de gran eficacia pueden tornar más difícil el trabajo de la chimenea.
El buen funcionamiento de una chimenea depende del aumento de temperatura en su interior provocado por
los humos de la combustión.
Ahora bien, la eficacia de una estufa está determinada por su capacidad de transferir la mayor parte del calor
producido al ambiente que debe calentarse: como consecuencia de ello, a mayor eficacia de la estufa, más
"fríos" son los humos residuales de la combustión y, por lo tanto, menor el "tiro".
Una chimenea tradicional, de concepción y aislamiento aproximados, funciona mucho mejor en servicio que
una pequeña chimenea tradicional abierta o una estufa de mala calidad, en que la mayor parte del calor se
pierde con los humos.
Por lo tanto, adquirir una estufa de calidad a menudo significa deber intervenir en el conducto de humos,
incluso si ya existía y funcionaba con instalaciones anteriores, para aislarlo mejor.
Si la estufa no calienta o hace humo, siempre se debe a un tiro defectuoso.
Un error común es conectar el tubo de la estufa a una chimenea existente, dejando que esta siga en
•
servicio de la instalación anterior. De esta manera, dos instalaciones con combustible sólido están unidas
por el mismo conducto de humos, lo cual es incorrecto y peligroso.
Si se usan las dos instalaciones al mismo tiempo, la carga total de humos puede ser excesiva para la
•
sección existente de la chimenea, lo que provoca retornos de humo. Si se usa una sola estufa, el calor de los humos sí provoca el tiro de la chimenea, el
cual, sin embargo, aspirará aire frío también por la apertura de la instalación apagada, lo que vuelve a enfriar los humos y bloquea el tiro.
Por último, si ambas instalaciones son ubicadas en distintos niveles, además de los problemas expuestos, se puede interferir con el mismo principio de los
•
vasos comunicantes, lo que provoca una evolución de los humos de combustión irregular e imprevisible. Advertencias de instalación
06.4 CARACTERÍSTICAS DE LAS ESTUFAS PARA EL DIMENSIONAMIENTO DEL CONDUCTO DE HUMOS
Tiro chimenea
Temperatura humos
Flujo máximo de los humos
IMPORTANTE: LA LONGITUD DE LA CHIMENEA DEBE TENER UN DIÁMETRO DE TUBO IGUAL O MAYOR QUE EL ESPECIFICADO PARA CADA
APARATO. CADA CURVA DE 90° O CONEXIÓN EN (T) SE CONSIDERA COMO 1 METRO DE TUBO.
ANTES DE LA CONEXIÓN AL CONDUCTO DE HUMOS, PARA GARANTIZAR EL CORRECTO RENDIMIENTO DE LA ESTUFA, SE DEBEN OBSERVAR
LOS SIGUIENTES TIPOS DE INSTALACIÓN:
INSTALAR EL PRODUCTO CON AL MENOS UNA (T) Y 1,5 METROS DE TUBO CERTIFICADO SEGÚN LA NORMA EN 1856-2
Al emplear tubos coaxiales, el aire estará precalentado, lo que contribuye a mejorar la
combustión y a reducir las emisiones a la atmósfera.
Antes de instalar, es necesario respetar las siguientes indicaciones:
Escoger un lugar definitivo donde colocar la estufa y luego:
Prever la conexión al conducto de humos para la evacuación de los humos.
•
Prever la toma de aire exterior (aire para la combustión).
•
Prever la conexión para la línea eléctrica con instalación de descarga a tierra.
•
La instalación eléctrica de la habitación donde se instala la estufa debe contar con puesta
•
a tierra; de lo contrario, pueden producirse anomalías en el cuadro de mandos.
Apoyar la estufa en el piso en posición favorable para la conexión del conducto de humos
•
y cerca de la toma de "aire para la combustión".
El aparato debe instalarse en un piso con capacidad de carga adecuada.
•
Si la construcción existente no satisface este requisito, deben tomarse medidas
•
apropiadas (por ej., placa de distribución de carga).
06.2. TIRO
06.3 EFICACIA DE LA ESTUFA
ARIA 30
13 Pa
209 °C
20.9 g/s
07. ADVERTENCIAS DE INSTALACIÓN
Tiro chimenea
Temperatura humos
Flujo máximo de los humos
10
ARIA 50
10 Pa
218 °C
32.5
g/s