Introducción
Le agradecemos la confianza que usted ha depositado en Jaeger-LeCoultre.
Nuestra Maison ha aportado todo su savoir-faire y toda su exigencia en la
creación de este modelo.
Le invitamos a consultar las instrucciones de uso y le deseamos que disfrute
llevando su reloj Jaeger-LeCoultre.
Un movimiento casi perpetuo
Leonardo da Vinci ya demostró que el movimiento perpetuo no se podía
crear de acuerdo con las leyes de la física. Sin embargo, haría falta mucho más
para desanimar a los investigadores. Uno de ellos, el ingeniero de Neuchâtel
Jean-Léon Reutter, concibió en 1928 un reloj totalmente revolucionario que
obtenía su energía de las variaciones de la temperatura ambiente. Se necesitaron
algunos años más de investigación en la Manufactura para trasladar esa idea a
un plano técnico y patentarla. El resultado parecía confundirse con un movimiento
perpetuo; acababa de nacer el péndulo Atmos®. Su principio es de una simplicidad
asombrosa. En una cápsula herméticamente cerrada se encuentra una mezcla
gaseosa que se dilata cuando la temperatura sube y se contrae cuando baja.
La cápsula, para ayudar al muelle de arrastre del péndulo, se deforma como el
fuelle de un acordeón y remonta el movimiento del reloj de forma permanente.
Entre 15 y 30 grados Celsius, basta una fluctuación de temperatura de un solo
grado para asegurar al péndulo una autonomía de marcha de aproximadamente
dos días. El péndulo Atmos® fue diseñado para que ninguna resistencia excesiva
pudiera oponerse a esta energía mínima. El volante del Atmos® oscila lentamente,
su pulmón respira en perfecta armonía con las variaciones de temperatura y
su corazón palpita con tranquilidad 2 veces por minuto, es decir, 60 veces más
lento que un péndulo tradicional, 240 veces más lento que el movimiento de un
reloj de pulsera y 1.966.000 veces más lento que un reloj de cuarzo. Para juzgar la
delicadeza de esta transferencia infinitesimal de energía, piense que 60 millones
de péndulos Atmos® juntos no consumirían más energía que una débil bombilla
eléctrica de 15 vatios. Todos los componentes del péndulo Atmos® son de una
precisión y una fiabilidad impresionantes. Además, este péndulo prácticamente
no se desgasta con el uso; precisamente, se distingue por su larga duración que,
en teoría, puede alcanzar los 600 años.
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