U3A · Manual de instrucciones
FUNDAMENTOS FÍSICOS
Por sonido se entiende las vibraciones mecánicas que percibe nuestro oído como tonos o ruidos. Pero el área de audición
es muy limitada. La frontera más baja se encuentra en el hombre en unas 20 vibraciones por segundo y la más alta en
unas 15.000-20.000 vibraciones por segundo.
Las vibraciones mecánicas que tengan un número de vibraciones inferior a 20 por segundo no son perceptibles al oído
humano y se denominan infrasonidos. Aquí estarían incluidas las vibraciones de máquinas, puentes, etc., así como las
sacudidas de baja frecuencia que se aplican en el masaje habitual de vibración.
Las vibraciones mecánicas en número superior a 20.000, que tampoco son perceptibles al oído humano, son conocidas
como ultrasonidos.
Esta distribución es en general arbitraria o antropocéntrica, puesto que diferentes animales disponen de un área de
frecuencia mucho mayor (murciélago, perro). Por otra parte, la frontera superior de audición se reduce con la edad.
Las vibraciones sonoras representan contracciones y dilataciones rítmicas de la materia que parten de un centro de
estímulo. Este tipo de vibraciones se efectúa en la misma dirección en la que se extiende el sonido, por lo que se designan,
de acuerdo con ello, como vibraciones longitudinales. También la terapia con ultrasonidos propaga el movimiento
rítmicamente oscilante al cuerpo donde el tejido experimenta contracciones y dilataciones correspondientes a la
frecuencia empleada. Al contrario que en la terapia calorífica de alta frecuencia, en la que se trata de la radiación de ondas
eléctricas de alta frecuencia y en la que el tejido permanece mecánicamente quieto en su totalidad, en la terapia con
ultrasonidos el tejido oscila por sí mismo. Por ello se puede ver la terapia con ultrasonidos también como un masaje de
vibración o de sacudidas. La energía de los ultrasonidos se puede enfocar al igual que la luz y se puede proyectar a través
de lentes, de manera que también podemos hablar de radiaciones de ultrasonidos. Esta capacidad direccional de los
ultrasonidos permite una aplicación local muy determinada. Las vibraciones de los ultrasonidos se caracterizan en segundo
lugar por una concentración energética relativamente alta. La energía aumenta con la misma amplitud que el cuadrado
de la frecuencia.
La radiación de ultrasonidos es conducida por todos los cuerpos sólidos y líquidos, pero no por el aire. Esta circunstancia
tiene un significado decisivo en la técnica de la aplicación de la radiación.
La velocidad de propagación de las ondas sonoras es variable dependiendo del medio en el que actúan. En el aire asciende
a unos 330 m/s, en el agua 1.500 m/s y en los cuerpos sólidos unos 4.000 m/s.
En circunstancias terapéuticas, es decir, en tejidos corporales hidratados, la longitud de onda está en aproximadamente
1,7 mm.
La producción técnica de los ultrasonidos necesarios para los fines terapéuticos se obtiene con la ayuda de un generador
de alta frecuencia y con el aprovechamiento del efecto piezoeléctrico recíproco. Éste se basa en la característica
descubierta por P. Curie de que algunos cristales se cargan eléctricamente debido a la influencia de fuerzas de presión y
de tracción. Esta circunstancia se puede aprovechar en su efecto inverso, donde una placa de cuarzo situada en el
correspondiente campo de alternancia eléctrico transforma constantemente su forma y grosor.
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