Congelación de los alimentos
Para una correcta conservación y congelación de los alimentos se
aconseja empaquetar fruta y verdura en porciones no superiores a un Kg. y
carne y pescado con un máximo de dos Kg. Porciones reducidas de
alimentos
se congelan
conservación de las propiedades nutritivas y de los sabores para la sucesiva
descongelación y preparación de los mismos.
Utilizar sólo bolsitas especiales para la congelación, papel de aluminio,
película de polietileno para uso alimentario y recipientes para congelar. No
utilizar bolsas de papel, bolsas de celofán no destinadas a uso alimentario ni
bolsas de la compra o para congelación ya utilizadas.
Empaquetar los alimentos herméticamente, tratando de hacer salir por
completo el aire. En caso de utilizar bolsitas, cerrarlas con anillos especiales
de goma e hilos plastificados.
Enfriar siempre los alimentos calientes a temperatura ambiente antes de
introducirlos en el congelador y evitar que alimentos ya congelados entren
en contacto con alimentos frescos a congelar.
Marcar siempre en los envases la fecha de congelación, el producto y su
cantidad y verificar que los alimentos estén frescos e íntegros.
Conservación de los alimentos congelados
Al adquirir alimentos congelados es importante controlar siempre que el
envase no esté dañado, que la fecha de vencimiento del producto no
haya sido superada y que el termómetro del congelador en que están
expuestos no indique una temperatura superior a –18 °C. También se debe
prestar atención a las indicaciones sobre temperatura, período de
conservación y modalidades de consumo que aparecen en los envases de
los productos.
Se
aconseja
contenedores térmicos para el transporte, a fin de evitar descongelaciones
incluso parciales. Un aumento de temperatura podría reducir el tiempo de
conservación y alterar la calidad de los productos.
No adquirir alimentos congelados que estén excesivamente cubiertos con
escarcha: podrían haber sido ya descongelados.
Descongelación de los alimentos congelados
Se aconseja consumir lo antes posible los alimentos que hayan sido
parcialmente descongelados. El frío conserva los alimentos pero no
destruye los microorganismos activados después de la descongelación, los
que pueden comenzar a deteriorar los productos conservados. Si el olor y el
aspecto de los alimentos descongelados no presentan modificaciones es
más
además
proteger
rápidamente,
garantizando
los
alimentos
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ESPAÑOL
una mejor
adquiridos
utilizando