17-LIMPIEZA
LIMPIEZA DE LAS PAREDES DE REFRACTARIA (ALUTEC®)
No requieren ninguna limpieza dado que la característica de este material (ALUTEC®) es que no absorbe el hollín sino que lo rechaza
cuando el hogar está caliente. Después de la fase de encendido en la que el hogar tiende a ennegrecerse, los refractarios volverán a ser
blancos, a partir de la base de la llama, cuando la cámara de combustión alcanzará la temperatura (~ 400° C).
Si este fenómeno no se produce, la causa puede ser por:
•
Leña húmeda o resinosa que no produce suficiente calor o ensucia la cámara de combustión.
•
Chimenea con prestaciones escasas y por tanto, el humo permanece demasiado tiempo en la cámara de combustión, ensuciando el
hogar.
•
Chimenea con bajas prestaciones que no permite que la termochimenea alcance rendimientos elevados y por tanto, las temperaturas
adecuadas en los refractarios.
No limpie nunca el refractario con un paño húmedo u otros, porque puede mancharse.
Utilice como mucho un pincel seco para eliminar las grandes densificaciones de hollín.
El no "blanqueamiento" del Alutec no debe considerarse como un defecto, dadas las advertencias y las indicaciones
antes mencionadas.
LIMPIEZAS A CARGO DEL TÉCNICO ESPECIALIZADO
LIMPIEZA DE LA CHIMENEA
Se recomienda la limpieza mecánica del conducto de humos al menos una vez al año; un depósito excesivo de escorias sin quemar
puede provocar problemas en la descarga de humos y el incendio del mismo conducto. Para acceder a la limpieza del conducto de humos
del aparato, retire el deflector de humos: para extraerlo correctamente, elévelo por la parte delantera y haga que avance simultánea-
mente, para liberarlo de los soportes de apoyo traseros.
LIMPIEZA DEL CONDUCTO DE EVACUACIÓN DE HUMOS
El conducto de evacuación de humos debe estar siempre limpio ya que los depósitos de hollín o de aceites sin quemar reducen la sección
bloqueando su tiro y poniendo en riesgo el buen funcionamiento del producto. Si la cantidad es grande, pueden incluso incendiarse.
Es obligatorio encargar la limpieza y el control del conducto de evacuación de humos y del cono de la chimenea a un deshollinador
cualificado, al menos una vez al año, quien, una vez finalizado el control/mantenimiento deberá entregarle una declaración firmada
indicando que la instalación está en perfecto estado. Recuerde que si no limpia el conducto de evacuación de humos, el aparato no es
fiable.
Para acceder a la limpieza del conducto de evacuación de humos desde el aparato, retire los deflectores de humos; para extraer la válvula
de humos, manténgala en posición vertical, levántela y desplácela unos diez cm hacia la parte posterior del conducto de evacuación de
humos para soltarla de su enganche.
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