La presión sanguínea es muy alta si la presión
diastólica supera los 90 mmHg o si la presión
sanguínea sistólica supera los 160 mmHg en reposo.
En este caso, se recomienda consultar con un
médico de inmediato. A largo plazo, los valores a
este nivel ponen en peligro la salud porque los vasos
sanguíneos están sometidos a un daño constante.
Si su presión sanguínea es demasiado alta (por
ejemplo, unos valores sistólicos de entre 140 mmHg
y 159 mmHg o unos valores diastólicos de entre
90 mmHg y 99 mmHg), consulte con su médico.
Si su presión sanguínea es demasiado baja (por
ejemplo, unos valores sistólicos inferiores a
105 mmHg o unos valores diastólicos inferiores a
60 mmHg), consulte con su médico.
Aunque tenga una presión sanguínea normal, se
recomienda que se tome la tensión de manera
periódica con el monitor. Así podrá detectar posibles
cambios en los valores de manera anticipada y
actuar en consecuencia. Si está siguiendo algún
tratamiento médico para controlar la presión
sanguínea, anote los valores junto con la fecha y
hora y enséñeselos a su médico.
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Precaución: No utilice nunca los resultados
de las mediciones para modificar por su cuenta las
dosis de medicamentos que le receta su médico.
Nota:
•
Si sus valores son más o menos normales
en reposo, pero excepcionalmente altos
en condiciones de ejercicio físico o estrés
psicológico, puede que padezca "hipertensión
lábil". Consulte con su médico.
•
Los pacientes con un valor de presión sanguínea
diastólica medido correctamente que supere
los 120 mmHg precisan un tratamiento médico
inmediato.