5.3
Conducto de humos
El conducto de humos supone un aspecto de importancia básica en el buen funcionamiento de la estufa, y
cumple principalmente dos funciones:
Evacuar los humos y gases sin peligro fuera de la vivienda.
Proporcionar tiro suficiente en la estufa para que el fuego se mantenga vivo.
Resulta imprescindible que este fabricado perfectamente y que sea sometido a operaciones de mantenimiento
para conservarlo en buen estado. (Gran parte de las reclamaciones por mal funcionamiento de los aparatos se
refieren exclusivamente a un tiro inadecuado).
Debe cumplir los siguientes requisitos para el correcto funcionamiento del aparato:
La sección interior debe ser preferentemente circular.
Estar térmicamente aislado en toda su longitud, para evitar fenómenos de condensación (el humo
se licua por choque térmico) y aun con mayor motivo si la instalación es por el exterior de la
vivienda.
Si usamos conducto metálico (tubo) para la instalación por el exterior de la vivienda se debe usar
obligatoriamente tubo aislado térmicamente. Igualmente evitaremos fenómenos de condensación.
No presentar estrangulamientos (ampliaciones o reducciones) y tener una estructura vertical con
desviaciones no superiores a 45°.
Si ya ha sido utilizado anteriormente, debe estar limpio.
Respetar los datos técnicos del manual de instrucciones.
Un tiro óptimo, varia entre 10 y 14 (Pascal). Un valor inferior (poco tiro) conlleva una mala combustión, que
provoca depósitos carbónicos y excesiva formación de humo, pudiéndose entonces observar fugas del mismo
y lo que es peor un aumento de la temperatura que podría provocar daños en los componentes estructurales
de la estufa.
Un valor superior (mucho tiro), conlleva una combustión demasiado rápida, con la dispersión del calor a
través del conducto de humos.
Están prohibidos, y por lo tanto perjudican el buen funcionamiento del aparato: fibrocemento, acero
galvanizado, superficies interiores ásperas y porosas. Se muestran algunos ejemplos de solución.
(1) Humero de acero AISI 316 con doble pared aislada con material resistente a 400º C. Eficiencia 100%
óptima.
(2) Humero tradicional de arcilla sección cuadrada con huecos. Eficiencia 80% óptima.
(3) Humero en material refractario con doble pared aislada y revestimiento exterior de hormigón aligerado.
Eficiencia 100% óptima.
(4) Evitar humeros con sección rectangular interior cuya relación sea distinta al dibujo. Eficiencia 40%
mediocre