El conducto de humos es uno de los elementos claves para el buen funcionamiento de la estufa. Los mejores son
los de acero (inox o aluminato) por la calidad de los materiales, la resistencia, la duración en el tiempo, la facilidad de
limpieza y el mantenimiento.
Para facilitar la conexión al conducto de humos rígido de acero se recomienda usar los adecuados racores
telescópicos que, además de facilitar dicha operación, compensan también la dilatación térmica tanto del fogón
como del conducto de humos mismo.
Se recomienda bloquear el conducto de humos al terminal de la estufa con silicona resistente a las altas
temperaturas (1 000°C). Si la boca del conducto de humos existente no se encuentra perfectamente
perpendicular a la salida de humos del fogón, su conexión se debe realizar usando el adecuado racor inclinado.
La inclinación, respecto a la vertical, nunca debe ser superior a los 45° y no deben haber estrangulamientos.
En caso de paso por pisos, es necesario interponer un manguito aislante de 10 cm de espesor.
Es absolutamente necesario aislar el conducto de humos a lo largo de toda su longitud. El aislamiento permite
mantener alta la temperatura de los humos, para optimizar el tiro; evitar condensaciones y reducir los depósitos
de partículas sin quemar en las paredes del conducto. Para ello, emplear materiales aislante adecuados (lana de
vidrio, fibra cerámica,
El conducto de humos debe ser impermeable a los agentes atmosféricos y es necesario evitar demasiados
cambios de dirección.
No se permite el uso de tubos metálicos flexibles y extensibles.
03. CONDUCTO DE HUMOS
materiales incombustibles de clase A1)
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