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CUIDADO Y LIMPIEZA
Limpieza ordinaria diaria
Para una buena conservación de las superficies es
necesario limpiarlas regularmente después del uso.
Deje que se enfríen antes de limpiarlas.
Se recomienda lavar a mano la plancha con un cepi-
llo duro y agua muy caliente. En caso necesario, utilice
un poco de jabón y enjuáguela bien.
Utilice solo productos específicos que no contengan
abrasivos ni ácidos a base de cloro. Vierta el pro-
ducto en un paño húmedo y limpie la superficie,
enjuague abundantemente, seque con un paño sin
pelusas y guarde en un lugar seco.
Manchas o residuos de alimentos
No use esponjas metálicas ni raspadores afilados, ya
que pueden dañar la superficie. Use productos nor-
males, no abrasivos, con la ayuda de utensilios de
madera o de plástico, si fuera necesario. Enjuague
abundantemente y seque con un paño suave o de
microfibra. No deje secar en la superficie de la plan-
cha residuos de alimentos a base de azúcar (como
mermelada).
IMPORTANTE
El contacto continuo entre la plancha y la
llama puede modificar el esmalte de las par-
tes expuestas al calor con el paso del
tiempo. Este es un fenómeno totalmente
natural que no afecta la funcionalidad de
este componente.
La plancha es más fácil de limpiar cuando aún está
tibia.
Use detergentes convencionales para acero inoxida-
ble y esponjas no abrasivas. Las incrustaciones y los
residuos de alimentos se pueden eliminar fácilmente
dejando la plancha en remojo durante un rato.
Séquela cuidadosamente.
Volver a curar
En general, la plancha se debe volver a curar una vez
por semana, pero depende de la frecuencia con la
que se use. Al fin y al cabo, si los alimentos empiezan
a adherirse a la plancha, significa que habrá que vol-
ver a curarla.
Siga las instrucciones del capítulo "Curar la plancha",
del paso 3 al 6.
ATENCIÓN
Cure la plancha solo si está fría y limpia.