Las buenas prácticas sanitarias exigen que un otólogo
cualificado evalúe a un usuario que padezca de acúfenos
antes de que dicho usuario utilice un generador de sonido.
El fin de dicha evaluación es garantizar que se identifican y
se tratan las afecciones médicas tratables que pueden estar
provocando los acúfenos antes de utilizar un generador de
sonido.
En caso de sufrir algún efecto secundario durante el uso
del generador de ruido, como dolores de cabeza, náuseas,
mareos o palpitaciones cardíacas, o si experimenta una
disminución de la función auditiva, debe dejar de utilizar
el generador de ruido y consultar a un médico.
De acuerdo con las normativas de la OSHA (Administración
de Seguridad y Salud Ocupacional del Departamento de
Trabajo de los Estados Unidos), el volumen del generador
de ruido se puede ajustar a un nivel que podría causar daños
auditivos permanentes en caso de utilizarse durante un
período prolongado. Si el generador de ruido de su audífono
se ha configurado a este nivel de volumen, su audioprotesista
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fijará un período máximo diario para el uso del generador
de ruido. El generador de ruido no se debe utilizar nunca
a niveles de volumen que resulten molestos.
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