Entre los que cabe citar los siguientes:
• El intercambio permanente de la pigmentación. Después de la crioterapia puede producirse
una hipopigmentación (aclaramiento de la piel) o una hiperpigmentación (oscurecimiento
de la piel). Estos síntomas suelen durar unos meses, aunque también pueden ser permanentes.
Evite criogenizar la capa de células basales en la que se encuentran los melanocitos
(células que producen el pigmento de la piel).
• Deterioro sensorial. Aunque no es frecuente, pueden producirse lesiones nerviosas, sobre todo
en las zonas que se encuentran cerca de la superficie de la piel, como los dedos, la muñeca
y el área situada detrás de la oreja. Los datos disponibles indican que estas lesiones desaparecen
en el transcurso de unos meses.
• Salpicaduras del criógeno durante la pulverización cuando se congela el extremo del aplicador.
Como novedad, CryoPen/CryoProbe introduce la aplicación directa de óxido nitroso a alta presión
(55 bar). En consecuencia, las partículas de humedad procedentes del chorro de alta presión
pueden congelarse a unos 30 cm de la zona donde se aplica el tratamiento.
En todo caso, dichas partículas desaparecen de inmediato en contacto con la piel sana.
• La caída del cabello. Los folículos pilosos se dañan fácilmente con la criocirugía.
Permanente la pérdida de pelo no es infrecuente.
• Manchas de pigmentación. Es costumbre no tratar manchas oscuras en condiciones soleadas.
Lentigos solares (LS) son lesiones pigmentadas marrones bien delimitadas que aparecen
comúnmente como un signo de envejecimiento y el daño solar en la piel expuesta al sol.
• Hiperpigmentación post-inflamatoria (HPI) es una preocupación frecuente en el tratamiento
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de LS en los tipos de piel más oscuros.