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9.6.1 Limpieza de captadores
Uno de los factores que diferencia a la energía solar térmica de la fotovoltaica es la escasa y
diferente influencia de la suciedad en el rendimiento de los captadores frente a la mayor
importancia que tiene en los módulos fotovoltaicos. Hay técnicos que trabajan en las dos
actividades y dan el mismo tratamiento a ambas tecnologías; ocurre algo similar con el problema
de las sombras o con los sistemas de seguimiento en lo que ambas tecnologías son distintas. Esto
ha producido que, en algunos casos, se haya incluido la limpieza de los captadores en las
actividades de mantenimiento de las instalaciones e incluso, en otros casos, se haya incorporado
esta actividad a los planes de vigilancia que en teoría debe llevar a cabo el usuario.
La experiencia demuestra que los efectos de la suciedad en captadores son, en general,
despreciables. Desde un punto de vista práctico, además de la escasa pérdida de rendimiento y la
generación de carga de trabajo de mantenimiento, la limpieza de captadores puede generar los
siguientes problemas:
Posible entrada de agua en el captador al rociar los captadores con agua a presión.
Rayado del vidrio, y mucho más perjudicial para materiales plásticos, si se usa material
inapropiado para limpieza lo que puede afectar al rendimiento más que la propia suciedad.
Choque térmico externo con eventual movimiento de juntas o rotura del vidrio.
Por tanto, si la suciedad no perjudica y su eliminación introduce riesgos la mejor actuación sería
que, como regla general, se elimine la limpieza artificial de la cubierta de captadores y se deje la
lluvia se encargue de ese trabajo.
No obstante, habrá casos puntuales, asociados normalmente a contaminación ambiental y
chimeneas, así como a localizaciones con fenómenos meteorológicos de polvo o de escasa
pluviosidad, donde habrá que tomar precauciones especiales vigilando este comportamiento.
9.6.2 Programa de mantenimiento preventivo
El programa de mantenimiento ha de incluir las operaciones de mantenimiento necesarias para
que el sistema funcione correctamente durante su vida útil. El mantenimiento preventivo
implicará operaciones de inspección visual (IV), control de funcionamiento (CF), verificación de
actuaciones y otros, que aplicados a la instalación deberían permitir mantener dentro de límites
aceptables las condiciones de funcionamiento, prestaciones, protección y durabilidad de la
instalación.
Se incorpora un plan de mantenimiento preventivo con actividades recomendadas que puede
servir de base para componer una lista de chequeo adaptada a cada caso particular:
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9. OPERACIÓN, USO Y MANTENIMIENTO