La entrada de aire principal regula el aire que pasa
bajo la parrilla (1).
La entrada de aire secundaria regula el aire delante del
cristal (air-wash) (2).
La pared trasera tiene orificios de aire permanentes (3)
debajo el deflector de llama que aseguran la pos-
tcombustión.
Consejos
No deje la puerta abierta mientras el fuego esté
encendido
Encienda un fuego vivo de vez en cuando.
Si tiene el aparato calentando a fuego lento
durante mucho tiempo, podrían formarse depó-
sitos de alquitrán y creosota dentro de la chi-
menea. La carbonilla y la creosota son
materiales muy inflamables. Si se producen
demasiados sedimentos de estos materiales,
pueden inflamarse si se alcanzan repen-
tinamente altas temperaturas. Encendiendo de
vez en cuando fuegos intensos, se eliminan
los posibles restos de alquitrán y creosota.
Además, si el fuego es demasiado débil puede
acumularse alquitrán en el cristal y en la puerta
del aparato.
Por ello, en caso de una temperatura exterior
suave es preferible dejar que el aparato
caliente a fuego fuerte durante unas horas que
dejarlo calentar a fuego lento durante mucho
tiempo.
Regular la entrada de aire con el regulador de tiro.
La entrada de aire airea no solo el fuego, sino el
cristal del aparato, evitando así la acumulación
de suciedad.
Abra la toma de aire principal si la entrada de aire
por la secundaria es insuficiente, o si quiere avivar
el fuego.
Introducir regularmente pequeñas cantidades de
leña es mejor que agregar muchos bloques al
mismo tiempo.
Extinción del fuego
Deje de añadir combustible y que el fuego se vaya
apagando por sí mismo. No intente sofocar el fuego
Dovre se reserva el derecho de realizar cambios por razones técnicas.
reduciendo la entrada de aire: podrían liberarse gases
tóxicos. Deje que el fuego se consuma por sí mismo.
Vigile el fuego hasta que éste esté bien apagado. Una
vez que el fuego se haya extinguido completamente,
podrá cerrar todas las entradas de aire.
Eliminación de cenizas
Cuando se quema leña en el aparato, siempre queda
una pequeña cantidad de cenizas. Esta cama de ceni-
zas no sólo es un buen aislante para la base de fuego
del aparato, sino que además favorece la combustión.
Así que puede dejar una capa fina de cenizas en el
suelo del aparato.
No obstaculice la entrada de aire situada en el suelo
de la chimenea ni deje que se acumule ceniza en la
parte posterior de las placas de hierro. Para ello, eli-
mine de forma periódica el exceso de cenizas.
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1. Abra la puerta del aparato.
2. Utilice el recogedor para sacudir el exceso de
ceniza y para que esta caiga al cajón cenicero.
3. Retire y vacíe el cajón cenicero con ayuda del
guante suministrado.
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