La calidad de impresión se optimiza cuando el papel y
los otros materiales de impresión se almacenan
correctamente. Un almacenamiento apropiado asegura
una calidad de impresión óptima y una operación sin
problemas de la impresora.
Almacene el papel en una superficie plana, en un
ambiente de humedad relativamente baja.
Evite almacenar el papel de manera que se arrugue,
se doble, se curve, etc.
No desenvuelva el papel hasta que esté listo para
utilizarlo y vuelva a envolver el papel que no esté
empleando.
No exponga el papel a la luz solar directa o a una
humedad alta.