3.5 Cuidados con los aceros inoxidables
Los aceros inoxidables pueden presentar puntos de "corrosión", que SIEMPRE SON
PROVOCADOS POR AGENTES EXTERNOS, principalmente cuando el cuidado con la limpieza
o higienización no sea constante y adecuado.
La resistencia a la corrosión del acero inoxidable se debe principalmente a la
presencia del cromo que, en contacto con el oxígeno, permite la formación de una finísima
camada protectora. Esta camada protectora se forma sobre toda la superficie del acero,
bloqueando la acción de los agentes externos que provocan la corrosión.
Cuando la camada protectora sufre un rompimiento, el proceso de corrosión es
iniciado, pudiendo ser evitado a través de la limpieza constante y adecuada.
Inmediatamente después de la utilización del equipamiento, es necesario
proceder con la limpieza, utilizando agua, jabón o detergentes neutros, aplicados con un
paño suave o esponja de nylon. A seguir, enjugar con agua corriente, se debe enjugar e,
inmediatamente secar, con un paño suave, evitando la permanencia de humidades en las
superficies y principalmente en las grietas.
El enjuague y el secado son extremamente importantes para evitar el aparecimiento
de huellas o corrosiones.
Soluciones ácidas, soluciones salinas, desinfectantes y determinadas soluciones
esterilizar (hipocloritos, sales de amoníaco tetravalente, compuestos de iodo, acido
nítrico y otros), deben ser EVITADAS por no poder permanecer mucho tiempo en
FIGURA 07
IMPORTANTE
contacto con el acero inoxidable.
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