Visto que generalmente poseen CLORO en su composición, tales sustancias atacan el acero
inoxidable, causando puntos de corrosión.
Mismo los detergentes utilizados en la limpieza doméstica, no deben permanecer
en contacto con el acero inoxidable más de lo necesario, debiendo ser también removidos
con agua y la superficie deberá ser completamente seca.
Uso de abrasivos:
Esponjas o estropajos de acero y cepillos de acero en general, además de rallar la
superficie y comprometer la protección del acero inoxidable, dejan partículas que oxidan
y reaccionan, contaminando el acero inoxidable. Por eso, tales productos no deben ser
usados en la limpieza e higienización. Raspados hechos con instrumentos puntiagudos o
similares también deberán ser evitados.
Principales sustancias que causan la corrosión de los aceros inoxidables:
Polvos, grasas, engrases, aceites, soluciones ácidas como el vinagre, sucos de frutas u otros
ácidos, soluciones salinas (salmuera), sangre, detergentes (excepto los neutros), partículas
de aceros, residuos de esponjas o estropajos de acero común, además de otros tipos de
abrasivos.
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