Sistema hidráulico
Limpieza del sistema hidráulico
Mantenga limpio el sistema hidráulico. Puntos a tener en cuenta:
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Limpie bien antes de abrir el tapón de repostaje o antes de soltar alguna conexión.
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Utilice recipientes limpios para poner aceite.
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Ponga solamente aceite limpio que haya sido guardado en recipientes cerrados.
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No reutilice aceite usado.
•
Cambie el aceite y el filtro con los intervalos indicados en "Esquema de servicio" en la página 10.
Para que un sistema hidráulico funcione sin problemas, debe estar limpio de impurezas. Durante el
funcionamiento del sistema se generan partículas que pueden causar daños por desgaste y mal
funcionamiento. El sistema tiene un filtro para separar estas partículas. Los filtros están dimensionados
para captar las partículas generadas. No obstante, si entra suciedad exterior en el sistema, los filtros se
obturan con rapidez y no funcionan según lo previsto. Si hay suciedad en el sistema se generan más
impurezas y se produce un círculo vicioso. Ello tiene por resultado perturbaciones del funcionamiento y se
requiere mucho trabajo para limpiar el sistema.
Las partículas más dañinas son aquellas cuyo tamaño es de magnitud igual al juego entre las piezas
móviles de los componentes. El juego normal en las bombas y válvulas es de 3-5 µm y superior (1 µm = 1
milésima de mm). Puede decirse que una partícula de 40 µm apenas es visible con los ojos.
Las partículas que son generadas durante el funcionamiento o que entran en el sistema al efectuar
trabajos de reparación y servicio suelen estar compuestas por:
•
Material de desgaste de los componentes; principalmente aquellos que tienen piezas móviles, como
las bombas y los motores.
•
Polvo que entra con el aire de respiración del depósito hidráulico.
•
Agua de condensación. (Entra vapor de agua con el aire de respiración.)
•
Suciedad que entra en el sistema; por ejemplo, con vástagos de pistón móviles.
•
Fango y similar procedente de la descomposición del aceite.
•
Productos de corrosión del sistema, a causa de que el aceite no se cambia a tiempo y contiene agua
u otras sustancias agresivas.
•
Partículas de suciedad que entran en el sistema al efectuar diversas medidas:
- Impurezas aportadas al poner aceite.
- Partículas de polvo del taller de reparación.
- Agentes obturantes y sellantes de rosca de la puesta en servicio.
- Suciedad procedente del almacenaje y manipulación antes de la puesta en servicio.
- Fibras de trapos, filtros, etc.
- Suciedad del punto de trabajo debida a una limpieza insuficiente antes de desmontar.
- Suciedad y polvo aportados al sistema por tapones protectores sucios.
Agua que, aun en cantidades muy pequeñas, produce óxido en las superficies pulidas, especialmente si el
sistema no se utiliza, contribuyendo a la generación de lodos. Éstos obturan los filtros, causando
problemas de circulación y cavitación de las bombas hidráulicas.
Fibras pequeñas e hilachas de trapos de limpieza o ropas, las cuales pueden formar capas en las boquillas
y estrangulaciones. Las fibras por sí mismas no causan daños importantes, pero su acumulación obtura y
produce desgaste en los componentes del sistema.
Cada partícula de suciedad es un abrasivo que genera impurezas, las cuales producen daños
permanentes. La cantidad de partículas aumenta cada vez que se abre el sistema hidráulico. Después de
unas horas de funcionamiento, la mayor parte de las partículas son captadas en los filtros. Por
consiguiente es conveniente evitar abrir el sistema hidráulico si no es necesario, puesto que cada
intervención comporta riesgo de aportación de impurezas aunque el trabajo se haga de forma profesional.
SISTEMA HIDRÁULICO
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