H3000 – Manual de Usuario
Principios para la Calibración de Velocidad y Ángulo de
Viento
Uno de los problemas más graves que puede darse en un sistema de instrumentación
que no ha sido correctamente calibrado es hacer frente a una desventada o con
gradientes de viento. Estos dos efectos constituyen la esencia de muchas
imprecisiones que se achacan directamente al instrumento. Por otro lado, estos
efectos son relativamente corrientes ya que sobrevienen cuando el aire en movimiento
entra en contacto con masas terrestres, con lo cual desciende su velocidad y cambia
su dirección.
Al descender la velocidad se genera el efecto conocido como GRADIENTE, mientras
que el cambio de dirección genera la temible DESVENTADA. Ambos efectos
dependen de la cantidad de vientos mezclados que se genera a nivel de tierra y del
viento en la arboladura. Si los diferentes vientos están bien mezclados, ambos efectos
quedan minimizados. El mejor ejemplo de ella es la brisa marina, la cual comienza
siempre sin que los vientos estén mezclados. En las fases iniciales en las que
comienza a activarse la brisa, se dan diferencias de hasta 40º-45º entre el viento
medido en el tope de mástil y el obtenido a nivel de superficie del agua. A medida que
avanza el día y la brisa va cogiendo fuerza, estas diferencias se reducen
notablemente.
Esto afecta a los dos parámetros que debemos calibrar: velocidad y ángulo de viento.
Resulta fácil comprender cómo una desventada afecta al Ángulo Medido de Viento; tan
pronto lo tenemos ajustado, el viento cambia otra vez y, de nuevo todo queda
descontrolado. Si no tenemos cuidado, el proceso puede acabar en una situación
"circular", por lo que la mejor solución es realizar las calibraciones a lo largo de un día
en que puedan producirse pocas desventadas. Mantendremos la medición obtenida
como indicación del ángulo de viento en veleta, recordando siempre que no
necesariamente debe coincidir con el ángulo según el cual estamos navegando.
Debemos tener presentes otros factores a la hora de determinar qué presión está
soportando el aparejo. Uno de los más importantes es el Ángulo de Escora. Resulta
muy útil tener datos sobre cuánto de escorados navegamos en función de las
diferentes velocidades de viento.
Las velocidades-objetivo del barco también proporcionan valiosa información para
enfrentarnos a los gradientes. Esta velocidad-objetivo se obtiene a partir de una Tabla
Polar en la que únicamente se toma en cuenta una determinada condición de viento
promedio, pero en la que no se contempla si dicho viento presenta un fuerte gradiente
o no lo tiene. Por lo tanto, la próxima vez que tenga problemas para mantener la
velocidad-objetivo, piense en el gradiente de viento, si se trata de una brisa suave o
fuerte y utilice la entrada como ayuda de navegación. La información proporcionada
por los instrumentos, normalmente, resulta satisfactoria. Simplemente hay que
aprender a interpretarla.
Todas estas explicaciones le harán comprender porque siempre recomendamos que la
última calibración sea la de Velocidad Medida de Viento. Los sistemas se entregan
calibrados en fábrica –en aquellas que disponen de túneles de viento- y el 99% de las
imprecisiones se deben a efectos como el gradiente. En pocas ocasiones dichas
imprecisiones radican en un problema de calibración.
HB-3000-SP
63