5. Ajuste Fino
Antes de proceder al ajuste fino del sonido, verifique
cuidadosamente que todas las conexiones de la
instalación sean correctas y seguras.
Cada vez que aleje las cajas acústicas de las paredes
el nivel general de graves se reducirá. El espacio
situado detrás de las cajas también contribuye a crear
una sensación aural de profundidad. Por el contrario,
si acerca las cajas acústicas a las paredes el nivel
de graves aumentará a la vez que es posible que se
reduzca la sensación de profundidad.
Si la respuesta en graves no es uniforme con la
frecuencia, lo más probable es que se deba a la
excitación de modos de resonancia en la sala de
escucha. Incluso pequeños cambios en la posición
de las cajas acústicas o los oyentes pueden tener
un profundo efecto en la manera en que dichas
resonancias afectan al sonido. Intente colocar las
cajas acústicas a lo largo de una pared diferente. El
cambio de posición de muebles y objetos de gran
tamaño presentes en la sala también puede modificar
el sonido.
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Si el sonido es demasiado brillante (léase chillón),
el aumento de la cantidad de materiales blandos
(generalmente fonoabsorbentes) presentes en la sala
(utilice, por ejemplo, cortinas más pesadas) puede
ayudar a equilibrarlo. Por el contrario, si se reduce
la presencia de los citados materiales se conseguirá
incrementar el nivel de brillo de un sonido apagado y
carente de vida. Compruebe si en la sala de escucha
hay ecos flotantes situándose de pie en el centro de
la misma, aplaudiendo rápidamente y escuchando a
continuación para detectar si se producen repeticiones
rápidas de los aplausos. Para reducir dichos ecos,
coloque objetos de forma irregular o superficies no
reflectantes (como por ejemplo tapetes, cuadros o
estanterías repletas de libros) en el suelo o en una de
las paredes afectadas.
Para los más puristas, un buen consejo consiste en
quitar la rejilla protectora de los altavoces de medios
y graves sujetándola por su contorno y retirándola
cuidadosamente del recinto.
6. Rodaje
Las prestaciones de sus cajas acústicas pueden
cambiar de manera sutil durante el período de escucha
inicial. Si han estado almacenadas en un ambiente frío,
tanto los materiales absorbentes y de amortiguamiento
acústico como los que forman parte de los sistemas
de suspensión de los diferentes altavoces tardarán
cierto tiempo en recuperar sus propiedades mecánicas
correctas. Las suspensiones de los altavoces también
se relajarán durante las primeras horas de uso. El
tiempo que las cajas acústicas necesiten para alcanzar
las prestaciones para las que fueron diseñadas variará
en función de las condiciones de almacenamiento
previas de las mismas y de cómo se utilicen. A
modo de guía, deje transcurrir una semana para la
estabilización térmica de las cajas y unas 15 horas
de uso en condiciones normales para que las partes
mecánicas de las mismas alcancen las características
de funcionamiento para las que fueron diseñadas.
No obstante, hay constancia de períodos de rodaje
más largos (del orden de un mes) y las evidencias
suficientes para sugerir que ello tiene poco que ver
con cambios en las cajas acústicas y bastante con la
adaptación del usuario al nuevo sonido proporcionado
por las mismas. Esto resulta bastante cierto en cajas
acústicas con un elevado poder resolutivo, como por
ejemplo las de la Serie 800 Diamond, hasta el punto
de que puede producirse un aumento significativo del
nivel de detalle en comparación con el que los usuarios
estaban acostumbrados a percibir.