Con turbulencia moderada, puede ser mejor no tratar de pilotar activamente y dejar que
el perfil absorba por sí mismo la turbulencia. De hecho, gestos pequeños sobre los frenos
pueden reducir la estabilidad inherente del perfil. Sin embargo, en turbulencia muy fuerte
Ozone recomienda volver a dejar los trimmers en la posición lenta neutra y pilotar la vela
activamente. De este modo, estarás en la mejor disposición de reaccionar correctamente en
el caso de que ocurra algún incidente.
Los elementos clave de un pilotaje activo son el control del cabeceo y el control de la presión.
En aire muy turbulento, si la vela abate con violencia, usa los frenos para frenarla. Del mismo
modo, si la vela se queda detrás de ti, levanta los frenos para permitir que adquiera velocidad.
Evita volar en aire movido con los frenos metidos de manera permanente, pues podrías dejar
la vela en pérdida de manera inadvertida. Ten siempre presente tu velocidad-aire.
El perfil réflex con morro de tiburón de Ozone es muy estable y puede absorber grandes
cantidades de turbulencia antes de plegarse. Si la turbulencia no es demasiado fuerte, lo
mejor puede ser no pilotar de manera activa y dejar que sea el propio perffil el que absorba
la turbulencia. Sin embargo, ningún piloto, ni ninguna vela, son inmunes a las plegadas. En
turbulencia fuerte, un pilotaje activo eliminará de manera virtual cualquier tendencia de la
vela a tener una plegada. Cuando las condiciones son muy turbulentas, pilota de manera más
activa y anticipa los movimientos de tu vela. Sé consciente en todo momento de la altura que
tienes sobre el suelo, y no reacciones sobrepilotando.
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La Viper 4 no presenta características de aterrizaje que no sean normales. Recomendamos
que para aterrizar vuelvas a poner los trimmers en la posición normal de vuelo lento. Puedes
aterrizar con el motor parado o en marcha. A continuación te damos algunos consejos:
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IMPORTANTE
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Mantén siempre los
frenos en la mano. No
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vueles en condiciones
turbulentas.
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Aterrizaje
Prepara siempre tu aterrizaje con antelación. Déjate opciones de sobra y un buen margen
de seguridad para errores, y asegúrate de aterrizar enfrentado al viento.
Cuando estés ya a menos de 30 metros por encima del suelo, evita hacer giros cerrados,
pues la vela tendrá que abatir para acelerar antes de poder regresar a su vuelo normal.
Permite que la vela vuele con velocidad en tu descenso final, hasta que estés a más
o menos a 1 metro del suelo. Aplica frenos lentamente y de manera progresiva para
ralentizar la vela hasta que entre en pérdida y puedas poner los pies en el suelo.
Lo más seguro es aterrizar con el motor parado, pues eso reduce la posibilidad de dañar
la hélice si tropiezas o si los cordinos entran en contacto con ella. Cuando estés a unos 30
metros de altura, apaga el motor y planea como si volaras un parapente en libre.
Los aterrizajes con motor ofrecen la posibilidad de abrir gas y continuar volando si
estimaste mal tu aproximación final, ¡pero pueden salirte más caros si lo haces mal!
Elige el tipo de aproximación apropiado en función del campo de aterrizaje y de las
condiciones.
Con viento flojo, necesitas que el redondeo y el frenado final sean firmes, largos y
progresivos, para deshacerte de todo el exceso de velocidad-suelo. Con viento fuerte, tu
velocidad-suelo ya será baja, por lo que frenas a tope sólo para suavizar el aterrizaje. Si
frenas de golpe, puedes hacer que la vela suba rápidamente y se quede atrás, lo que te
dejaría en una posición vulnerable.
Con viento fuerte, necesitas girar para quedarte mirando a la vela en el momento en el
que tus pies toquen el suelo. Una vez estés mirando a la vela, tira de manera simétrica
y suave de ambos frenos para dejarla en pérdida. Si la vela tira de ti, corre hacia ella.
Si el viento es muy fuerte, y tienes la sensación de que te puede arrastrar, déjala en
pérdida con las bandas C. Esto deja la Viper 4 en pérdida de manera rápida y controlable,
y te arrastrá menos que si usas los frenos.
ES
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