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Si la vela comienza a subir, reduce freno (10-20 cm), pero no levantes las manos del
todo, y luego vuelve a bajar los frenos, pero esta vez hazlo con mayor suavidad. Mantén
los frenos a media velocidad, yérguete y estate preparado para correr y comprobar que
frenas a fondo cuando llegues al suelo.
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Elige la forma de aproximación apropiada en función de la zona de aterrizaje y las
condiciones.
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Con viento fuerte tienes que girarte hacia la vela en el momento en el que tus pies toquen
el suelo. Una vez de cara a la vela, tira de manera suave y simétrica de los frenos para
dejar la vela en pérdida y que caiga. Si la vela tira de ti, corre hacia ella.
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Si el viento es muy fuerte y piensas que puedes verte arrastrado o vuelto a despegar del
suelo, deja la vela en pérdida tirando de las bandas C. Esto la hará caer de manera rápida
y cómoda, y la vela te arrastrará menos que si usas los frenos.
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¡Aterriza siempre enfrentado al viento!
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