más adelante, tenemos el derrumbe exagerado de los árboles y otros más.
¿Anda exagerando? ¡Piense que es lo que puede hacer para contribuir!
No se quede ahí parado creyendo que esto no es de su cuenta, no piense
que porque los otros no están haciendo, usted tampoco debe hacerlo, no
espere por los otros, sea un ejemplo, empiece luego y fije su objetivo,
no escuche a los que le hacen bromas por su decisión. Sea persistente
y verá que con el tiempo los otros también lo apoyarán y participarán
con usted, al final es una buena opción, no es una idea sin propósito o
algo que le será perjudicial, por el contrario, sólo ayudará.
Recuerde: haga su parte, dé el ejemplo.
Cuando usted sale por ahí con el vehículo echando humo o acelerando
demás, esto tiene varias consecuencias: Además del riesgo de
accidentes, contamina más, genera más ruido, causa el efecto estufa,
genera desgastes prematuros en los componentes del vehículo, y
consume más recursos naturales.
¿Por qué acelerar tanto, si usted parará en la próxima esquina? ¡Piense
en eso!
Medio Ambiente y Conducción Económica
LA CONDUCCIÓN ECONÓMICA EN PRÁCTICA
Colocar en práctica la conducción económica, no es nada más que
operar correctamente un vehículo cualquiera, pero para eso, es necesario
tener consciencia de que existe una gran diferencia entre dirigir y operar
un vehículo.
La conducción económica tiene en cuenta la capacidad del conductor
de utilizar todos los recursos mecánicos o eléctricos existentes en el
vehículo, siendo que el conductor deberá optimizar el uso de estos
mecanismos en sincronismo con las diferentes situaciones que serán
encontradas durante la operación del vehículo.
Cabe resaltar que cada acción del conductor está directamente
relacionada al consumo de combustible, por eso, es necesario que el
conductor tenga siempre una amplia visión de lo que está por venir, para
decidir antes que acción irá a tomar.
Un ejemplo de esto ocurre cuando el conductor arranca el vehículo
acelerando todo lo que da y un poco más, y luego en seguida tiene que
parar en un semáforo. Este es un ejemplo claro de la falta de consciencia
del conductor, primero por haber exagerado en la rotación del motor
desnecesariamente y segundo por no percibir o no querer percibir que
el semáforo estaba cambiando para rojo. Otro ejemplo es cuando el
conductor está dirigiendo a una velocidad superior a la especificada para
la carretera, sólo por eso ya está gastando combustible desnecesario,
además de que muchas veces está utilizando una marcha más baja,
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