Agua: el agua rehidrata y activa la levadura. Además, también hidrata el almidón de la harina y
permite la formación de la miga. Puede sustituirse el agua (parcial o totalmente) por leche u otros
líquidos. Temperatura: consulte el párrafo correspondiente en la sección de «preparación de
recetas» (página 188).
harinas: el peso de la harina varía sensiblemente en función del tipo de harina utilizado. Según la
cantidad de harina, los resultados de cocción del pan pueden variar también. Conserve la harina
en un recipiente hermético, puesto que esta reacciona a las fluctuaciones de las condiciones
climáticas, absorbiendo o perdiendo humedad. Utilice preferentemente harina "de fuerza",
"panificable" o "de panadería", en lugar de harina estándar. Si añade avena, salvado, germen de
trigo, centeno o cereales a la masa de pan, obtendrá un pan más pesado y que subirá menos.
Le recomendamos que utilice harina T55, salvo que en las recetas se indique lo contrario. En
caso de utilizar mezclas de harinas especiales para elaborar pan, bollos o panes de leche, no
supere los 1.000 g de masa en total. Consulte las recomendaciones del fabricante para
utilizar estos preparados. El tamizado de la harina influye también en los resultados que se
obtengan: cuanto más integral sea la harina (es decir, que contenga una parte de la cáscara del
grano de trigo), menos se levantará la masa y más denso será el pan.
Azúcar: a ser posible, utilice azúcar blanco, azúcar moreno o miel. No utilice azúcar en terrones. El
azúcar nutre la levadura, le da un buen sabor al pan y mejora el dorado de la corteza.
sal: le da sabor al alimento y permite regular la actividad de la levadura. No tiene que estar en
contacto con la levadura. Gracias a la sal, la masa está firme, compacta y no sube demasiado
rápido. Además, mejora la estructura de la masa.
Levadura: la levadura de panadería se presenta en distintas formas: fresca, en pequeños dados,
seca activa para rehidratar o seca instantánea. La levadura puede adquirirse en grandes superficies
(en los lineales de panadería o productos ultrafrescos) pero también puede comprar levadura
fresca en su panadería. Tanto en forma fresca como seca instantánea, la levadura ha de
incorporarse directamente a la cuba de la panificadora con los demás ingredientes. No obstante,
considere desmigar la levadura fresca con los dedos para facilitar su dispersión. Solo la levadura
seca activa (en pequeñas esferas) debe mezclarse con un poco de agua tibia antes de ser utilizada.
Escoja una temperatura cercana a los 35°C: por debajo de ella será menos eficaz y por encima
puede perder su actividad. Asegúrese de respetar las dosis recomendadas y multiplique las
cantidades si utiliza levadura fresca (consulte la tabla de equivalencias que se incluye a
continuación).
Equivalencias cantidad/peso entre levadura seca y levadura fresca:
Levadura seca (en cucharaditas de café)
1 1,5 2 2,5 3 3,5 4 4,5 5
Levadura fresca (en g)
9 13 18 22 25 31 36 40 45
Los aditivos (frutos secos, olivas, pepitas de chocolate, etc.): puede personalizar sus recetas
con todos los ingredientes adicionales que desee teniendo cuidado de:
> respetar la señal sonora para añadir ingredientes, sobre todo los más delicados;
> los cereales más sólidos (como el lino o el sésamo) pueden incorporarse desde el principio del
amasado, para facilitar el uso de la máquina (inicio diferido, por ejemplo);
> congelar las pepitas de chocolate para que se mantengan mejor durante el amasado.
> escurrir bien los ingredientes muy húmedos o grasos (olivas o trocitos de tocino, por ejemplo),
secarlos con papel absorbente y enharinarlos ligeramente para una mejor incorporación y
homogeneidad,
> no incorporarlos en cantidades excesivas, pues se puede perturbar el desarrollo correcto de la
masa; respete las cantidades indicadas en las recetas.
> no tirar los aditivos fuera de la cuba.
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