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Escanee su sensor con frecuencia para ver cómo los carbohidratos,
los medicamentos, el ejercicio, la enfermedad o los niveles de estrés
afectan sus lecturas de glucosa del sensor. La información que obtenga
puede ayudarle a descubrir por qué su glucosa en ocasiones sube o baja
demasiado y cómo evitar que eso suceda en el futuro.
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Hable con su profesional de la salud acerca de cómo actúa su insulina.
Cuanto más entienda acerca de su insulina, cuánto tarda en comenzar a
actuar y cuánto dura en su cuerpo, más probabilidades tendrá de tomar
mejores decisiones relacionadas con el tratamiento.
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Tomar una decisión relacionada con el tratamiento no significa
simplemente aplicarse insulina. Las decisiones relacionadas con
el tratamiento también pueden abarcar cuestiones como ingerir
carbohidratos de acción rápida, comer o incluso no hacer nada y volver
a escanear su sensor en un momento posterior.
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Su profesional de la salud también puede ayudarle a entender cuándo
la decisión correcta es no hacer nada y volver a escanear su sensor
en un momento posterior. Por ejemplo, si su nivel de glucosa es alto
y continúa subiendo, posiblemente su primera reacción sea aplicarse
más insulina para bajar su nivel de glucosa; sin embargo, dependiendo
de cuándo se haya aplicado insulina por última vez o cuál haya sido su
actividad reciente, la decisión correcta podría ser no hacer nada y volver
a escanear su sensor más adelante. Evite la "acumulación de insulina".
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