MAC PARA Magus Manual De Usuario página 24

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En el Magus se emplean varillas de varios diámetros que ayudan a mantener la forma del
borde de ataque y la estabilidad de la vela. Para garantizar que las varillas conserven su
forma, es importante que pliegues la vela correctamente como se describe en el apartado
"Plegado de la vela".
Todas las varillas del Magus se pueden reemplazar. Si notas que una varilla se ha dañado
o deformado por un uso incorrecto, en MAC PARA o en un taller autorizado se pueden
sustituir.
Asegúrate de que los cordinos no queden doblados con un ángulo muy cerrado. Es
extremadamente importante evitar doblar mucho los cordinos, sobre todo los principales.
Presta mucha atención a los cordinos y evita dañarlos. Debe evitarse cualquier
sobreestiramiento de los cordinos que no sea el que reciben durante un vuelo normal,
pues el sobreestiramiento es irreversible.
Ten cuidado para que no entre nieve, arena o piedrecitas en el interior de la vela. El peso
puede cambiar el ángulo de ataque o incluso dejar la vela en pérdida. Además, cualquier
elemento abrasivo puede romper el tejido.
Tras 50 horas de vuelo o arborizar o aterrizar sobre agua, comprueba la longitud de los
cordinos. Los cordinos pueden encogerse o estirarse.
¡Nunca arrastres la vela sobre terreno árido! Eso dañará el tejido en los puntos de
desgaste. Cuando prepares la vela en un despegue con suelo árido, no la arrastres (por
ejemplo, tirando de los frenos). Por favor, procuara plegar la vela sobre un terreno blando.
Despegues o aterrizajes descontrolados con viento fuerte pueden hacer que el borde de
ataque de la vela golpee el suelo a gran velocidad, lo que puede causar desgarros en el
perfil y dañar el material de las costillas. Cualquier reparación en una vela de dos bandas
es muy cara.
Si la vela ha entrado en contacto con agua salada, lávala con agua dulce. Los cristales del
agua salada pueden haber reducido la resistencia del tejido aunque la vela se haya
aclarado con agua dulce. Si los cordinos han entrado en contacto con agua salada,
reemplázalos de inmediato. Comprueba también el tejido de la vela tras aterrizar sobre
agua, pues las olas pueden ocasionar fuerzas desiguales y hacer que el tejido se deforme
en algunas zonas. Saca siempre la vela del agua agarrándola únicamente por el borde de
fuga.
Limpia el parapente con agua y una esponja suave. No uses productos químicos ni
alcholes para limpiarla, pues podrían dañar el tejido
de manera permanente.
Tras usarla, no pliegues tu vela demasiado comprimida y, aunque sea muy cómodo,
nunca te sientes sobre la mochila con la vela dentro.
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