El OXY contiene un volumen residual (recipiente de Ozono) interno, a lo largo de la línea de
producción de Ozono, para garantizar la homogeneidad de la concentración de Ozono,
estabilizando la misma en caso de picos o variaciones temporales de presión y/o flujo de Oxígeno
O2.
Efectos fisiológicos
El mecanismo de acción del Ozono consiste en la inactivación de bacterias, virus, hongos y
protozoos; estimulación del metabolismo del Oxígeno; activación del sistema inmunológico;
entre otros. Las enfermedades tratadas con Ozono son las heridas infectadas, disturbios
circulatorios, condiciones geriátricas, enfermedades virales, cicatrización de la piel, etc.
1. Inactivación de bacterias, hongos, virus, levaduras y protozoos.
La terapia con Ozono se basa en la ruptura de las paredes celulares de las bacterias a través
de la oxidación de fosfolípidos y lipoproteínas. En los hongos, el Ozono inhibe el crecimiento
celular en determinadas etapas, y en los virus, el Ozono daña la cápside vírica y bloquea el
ciclo reproductivo, interrumpiendo, por peroxidación, el contacto del virus con las células. El
debilitamiento enzimático de las membranas celulares las vuelve vulnerables a la invasión por
virus y también susceptibles a la oxidación y eliminación del cuerpo. Ese proceso,
consecuentemente, estimula el reemplazo de las células lesionadas por células sanas (Wainer
et al., 1985; Gérard & Sunnen, 2003).
Diagrama simplificado del Sistema de producción del OXY.
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